Ubicado en la plaza Santa Luisa, a la sombra de un ciprés del pantano, se encuentra esta magnífica escultura dedicada a Gustavo Adolfo Bécquer. Es que esta plaza sevillana se convirtió en un centro público y de esparcimiento donde recorrer sus jardines y disfrutar de esta escultura. 

Con más de cien años, esta obra de arte fue realizada en honor a Gustavo Adolfo Bécquer, poeta y escritor español, en el año 1911. Su encargo estuvo de la mano de Serafín y Joaquín Alvarez Quintero, hermanos y artistas, quienes propusieron realizar acciones desde el estado que destacaran la labor de artistas de su país. Así fue como se aprobó la realización de esta escultura.

La Glorieta de Bécquer se encuentra debajo de un enorme árbol que le da sombra y lo enmarca. En el centro de la escena se encuentra la escultura de Gustavo Adolfo Bécquer. A su alrededor hay cinco figuras más. En primer lugar, hay tres mujeres que representan al amor en sus diferentes tiempos y etapas. La primera de ellas es el amor por conocerse, un poco tímida y ruborizada se encuentra aquella mujer que aun tiene todo por descubrir y conocer. La segunda tiene que ver con el amor presente, el amor que se vive intensamente en carne y hueso. La tercera mujer tiene que ver con el amor pasado, la mujer más vieja, melancólica que recuerda y añora el amor que ya pasó.

En otros dos puntos se encuentran Eros y Cupido. Eros yace abatido y derrotado. Mientras que cupido se encuentra erguido desde un costado agudizando su vista para dar con su fina flecha.

Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en el año 1836. Murió joven en su país, a la edad de 34 años, y fue recién después de su muerte que su obra, y sobre todo sus ejemplares Rimas y Leyendas se hicieron mundialmente famosas. En vida gozó de prestigio, pero nada como lo que vino después. Este monumento, esta glorieta en su ciudad natal, es ejemplo de esto. Cuarenta años después su obra fue llevada al reconocimiento y así su persona. Su estilo literario fue de corte realista, dejando de lado la pomposidad imperante del romanticismo de su época, Bécquer trajo una prosa más honesta y aun así bella.

Fue autor de muchas obras, entre ellas “El caudillo de las manos rojas”, “La vuelta del combate” y “El aderezo de las esmeraldas” entre algunas de sus leyendas. Las “Rimas”, famosas rimas las de Gustavo Adolfo Bécquer, “Cartas literarias a una mujer” y algunas obras teatrales de gran importancia.  

Esta glorieta es un merecido homenaje a un gran poeta español, que hoy debe de descansar tranquilo bajo ese gran ciprés del pantano.