Si hay una característica que puede definir la obra de Carlos Gorriarena es la preponderancia de elementos instintivos por sobre cuestiones racionales y estructuradas. Una obra de proyecciones y trazos fuertes y liberadores, que expresan sus impulsos y obsesiones siendo una desgarrada expresión de su percepción del mundo. Por lo general de sus dibujos emergen situaciones de conflicto, situaciones de combate y tensión que tienden a dejar atrapado al espectador en una situación angustiante. Se lo puede definir como un pintor realista, pero que utilizaba la realidad como punto de partida basándose en algunos elementos, pero no por ello dando un cierre final con eso.
Sus dibujos son una obra en si misma y, si bien muchos han devenido luego en una pintura, no es era fin en sí mismo de sus trazos. Los dibujos de Carlos Gorriarena tienen fuerza y entidad propia. En su obra “El espacio como una herida”, óleo del año 1980, el artista representa todo lo recién mencionado. Se trata de un dibujo de líneas firmes y ágiles, empastadas, fuertes y agudas. Una figura masculina, de traje y anteojos, ¿será él? Que mira hacia adelante, aunque se nos presenta de su perfil derecho. Pocos trazos que logran una imagen clara y nítida del sujeto y por delante, las líneas del impulso, densas, gruesas fuertes. Que lo cubren sin taparlo pero que evidencian la fuerza del conflicto, del embate, del impulso, ¿llegaran a lastimarlo?
La gran mayoría de sus obras cobran este nivel de intensidad. “El invasor” en tinta y pluma gótica (1978), “El acontecer de todos los días”, pastel y acrílico (1981), “La despedida”, pastel 1979, “Sobre las propias sombras” pastel y acrílico (1981), “Homenaje a Don Joaquín Rafael, mi padre”, tinta china y pluma gótica (1977) y “No perder”, dibujo (1977). Todas obras que nos hablan de la batalla, del combate heroico o el combate diario y cotidiano, dibujos y pinturas de quien denuncia una realidad, un tipo de existencia o una forma de vida. Entre el realismo y el existencialismo filosófico se movió este artista quien dejó tras si una obra extensa en dibujos y pinturas que fue utilizando con diversidad de materiales según su deseo de exploración y expresión.
Carlos Gorriarena nació un 20 de diciembre del año 1925, a sus 19 años ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Trabajó sus primeros años en Argentina donde participó de numerosas muestras. Luego fue invitado por la Michael Karoly Memorial a residir y trabajar en Francia. Lugar donde desarrolló su labor hasta que se trasladó a España en el año 1949. Fue galardonado con diversos premios locales e internacionales y participó en numerosas muestras. Su obra ha sido un ejemplo de expresividad y autenticidad para todo Latinoamérica. Murió en el año 2007, en Uruguay.