La fontana di Trevi es un lugar emblemático de la ciudad de Roma. Ubicada en la región del lacio, esta escultura fue realizada entre los años 1732 y 1763. Su ejecución llevó lógicamente muchos años, y para realizarla tuvieron que intervenir dos arquitectos y varios escultores. La fontana di Trevi se erige como un punto de encuentro para los turistas y para los residentes de dicha ciudad. Conjugando belleza, escultura, arte y agua. Su gran fuente se desprende de las magníficas esculturas que yacen por detrás. Simbolizan un punto de descanso donde frenar, contemplar y refrescarse.

La fontana di Trevi fue realizada por los arquitectos Nicola Salvi y Pietro Bracci a principios del año 1700. Para la ejecución de las esculturas intervinieron tres escultores: nuevamente Pietro Bracci, Filippo della Valle y Giovanni Pannini. Se cree que su nombre deriva de una sencilla razón, su ubicación. Puesto que esta plaza se ubica en la confluencia de “tre strade” que en italiano serían tres calles. El papa Clemente XII fue quien ordenó la construcción de esta fuente. La construcción de fuentes alusivas a los acueductos antiguos romanos se volvió una práctica usual en el renacimiento. Nicola Salvi comenzó la obra y antes de morir delegó su continuación en Pietro Bracci. 

Las esculturas que se encuentran ubicadas en el centro y laterales de la Fontana di Trevi son las de Océano, Abundancia y Sabiduría. Y todo el conjunto escultórico, ubicado en la plaza romana de Poli, se encuentra plagada de alusiones. Por un lado, el escudo del Papa Clemente XII. Océano es representado con dos hipocampos haciendo alusión al mensaje de la Fontana: el domar las aguas. Así arte, escultura y agua se entremezclan como lo hace el hombre y la naturaleza. A su vez, Abundancia, Tritón y Sabiduría, intervienen al conjunto cerrando el mensaje con su sola presencia. Una serie de columnas corintias y bóvedas enmarcan la fontana di Trevi dándole el corte majestuoso y también mitológico que necesita. 

El agua por debajo da un marco perfecto a dichas esculturas, acentuando su tamaño, majestuosidad y acabado artístico. 

La fontana di Trevi se preserva hoy como un tesoro artístico y cultural romano. En el año 2012 la fontana debió de ser vaciada y restaurada enteramente producto de una serie de piezas que se comenzaron a desprender. Si bien eran pequeñas, este hecho llevo a concluir que los trabajos a realizarse debían de ser urgentes para preservar lo mejor posible dicha escultura.