Una pintura distinta
Henri Toulouse Lautrec fue sin lugar a dudas uno de los artistas más disruptivos de su época en París. En los albores del siglo XX donde los trabajos del impresionismo se habían transformado en postimpresionista, este pintor y gran ilustrador mostró a través de sus dibujos mucho de su osadía y ganas de despertar sexual. Amante del Mouline Rouge, de la vida en París, de los cabarets y las tertulias, Toulouse Lautrec presenta mucho del París de aquel entonces. Mostrando entonces obras que cautivan por lo bellas, lo singular y por el estilo único. Ilustraciones que hicieron historia, propaganda y se convirtieron también en iconos del lugar y de su época. Sin embargo, existió una serie de este pintor que fue distinta, que nos mostró un aspecto más reflexivo y sereno de él: la serie de La lavandera.
Toulouse Lautrec dueño de una vida intensa
Nació en 1864 y se puede decir que él vivió y fue el corazón de la Belle Epoque parisina. Época de creación, de arte, de expresión, de moda, de salir a las calles, de música y fiesta. Una época en la que se celebraba la vida y de destape en general. No hay duda de que esos eran conceptos a los que Toulouse Lautrec adhería. Se caracterizó por tener una prolífica obra artística, en la que se lucieron sus obras, pinturas, dibujos y propagandas. Entre ellas cabe destacar varias de sus obras más importantes como La lavandera, Jane Abril, Jardín de París, El beso, En el circo Fernando y en El Mouline Rouge entre otras.
La lavandera
Esta es una obra que fue realizada por Toulouse Lautrec en el año 1884. En este óleo el artista retrata a una bella mujer que se encuentra de perfil levemente reclinada, lavando la ropa. Resulta ser que la modelo de esta escena fue una lavandera del barrio que Toulouse Lautrec conoció y por la cual quedó impactado por su belleza. Ella fue modelo de muchas de sus obras, pero nunca posó para un desnudo. Su pelo, sus facciones y su vida humilde y abnegada, despertaron en el artista un interés particular por representarla tal cual era. Joven, tenaz, trabajadora y tímida. Las escenas que pinta de ella tienen más que ver con la vida y la psicología que la rodea, no mostrando tanto necesariamente de la modelo sino más bien insinuando y contando un poco de su historia personal.
Es así como con este cuadro y los sucesivos que hizo Toulouse Lautrec de ella se mostró una faceta distinta de este pintor. Saliendo un poco de las calles, tertulias y fiestas, para adentrarse a un aspecto más tranquilo, sereno y humano.