El arte de Mark Rothko no fue siempre como lo conocemos. Sus cuadros que en sus últimas etapas rebosan de abstracción, simbolismo y color no siempre fueron formas geométricas que apuntaban a sacudir al espectador. Como todo artista este lituano tuvo su propia evolución personal, psíquica y artística, y si bien llegar a ese arte conceptual y moderno le llevó algún tiempo de evolución, ya en su primeras etapas expresionistas y surrealistas se podía vislumbrar todo en lo que su esencia iba a desarrollar con el paso del tiempo en su carrera artística.
Su camino
Mark Rothko fue el cuarto hijo de una familia judía de principios del siglo 1900. Nació en el año 1903 y tuvo una formación bastante ortodoxa desde lo religioso y lo político. Sus padres, ambos muy formados, decidieron dejar su país cuando Mark Rothko tenía 10 años y radicarse como migrantes, víctimas de la violencia, en los Estados Unidos.
Fue en dicho país donde Rothko creció finalmente y murió. Y luego de un intento frustrado universitario en el derecho se inclinó al mundo de la pintura en la que se formó de manera autodidacta. Cabe recordarse que, en aquella época, y aún hoy, la ciudad de Nueva York estaba plagada de galerías de vanguardia con lo más moderno del arte. Fue un lugar fértil para que una mente brillante y creativa se desarrollara.
Naranja, rojo y amarillo
Así de simple, sintético y descriptivo es su espíritu. Pero este título que parece llano, encierra en la obra gigante de Mark Rothko una búsqueda constante de su autor de envolver, en todos los sentidos de la palabra, al espectador en un mundo de significantes y significados. Obras grandes, casi que murales, que impactan al observarlas y sumergen en colores intensos. Naranja, rojo y amarillo es una obra que deja pensando y suspendido a quien la ve.
Esta obra fue realizada en el año 1961 y hoy forma parte de una colección privada. Mide más de cuatro metros cuadrados y dispuestos en tres franjas paralelas se conforma una imagen simétrica. En esta los colores no son tan puros como en otros, sino que estos tres colores están presentes en las diferentes formas en mayor o menor medida, eso da origen a la obra. Un concepto que alude a la interconexión entre todos, casi como la frase “No man is an island”.