Se trata de un óleo sobre lienzo pintado en el año 1876 por Francisco de Goya. Son cuatro oleos, y “la era”, o “el verano”, es uno de ellos. Fue un encargo que el príncipe de Asturias realizó a Francisco de Goya para decorar las paredes y el comedor de su palacio el Pardo.
Esta serie esta conformada por “Las floreras”, “La vendimia”, “este del invierno” y “la era” propiamente dicha. Esta resultó una excelente oportunidad para que este pintor pudiera brindar, a través de un pincel ligero y distinto al que solía usar, su propia visión de un tema tan tratado como el de las cuatro estaciones.
En este el pintor se dio el lujo de incluir el tema del campesinado con todos sus detalles y costumbres. En esta ocasión y con una técnica única y magistral Francisco de Goya logra lucirse como el gran retratista que es y que será a lo largo de toda su carrera artística. De colores pasteles y ocres, retrata una serie de campesinos en un clima alegre. Algunos terminando de trabajar, otros recostados sobre el trigo, pero otros, los de la izquierda de la escena parecerían estar en otra situación.
Por detrás también se vislumbra una madre, alimentando a su pequeña niña, por lo alto un pequeño de mediana edad trepando los fardos y hacia la derecha un campesino solo, que continua su labor de ordenar la paja tenazmente. Los caballos también se encuentran en primer plano y están muy bien logrados. El paisaje, típico de la zona, se vislumbra por detrás, casi sin luz, o apenas difuminado.
Alrededor de un joven al que sirven alcohol y emborracha, varios de burlan y ríen al estar emborrachando al hazmerreir del pueblo.
Cabe aclarar que este oleo consta de grandes proporciones, siendo el mayor de toda la serie, con un tamaño de 276 por 641 centímetros. Hoy forma parte de la colección permanente del Museo del Prado, Madrid. Sin lugar a dudas este museo es la “gran casa de Francisco de Goya” donde se le rinde culto y se encuentran gran parte de sus obras.