Iliá Yefímovich Repin, más conocido como Iliá Repin fue un famoso escultor y pintor ucraniano cuya mayor impronta fue la de un realismo expresivo y específicamente el realismo expresivo ruso, con fines de denuncia. Sus cuadros son poseedores de un gran simbolismo, desnudando la trama psicológica de sus personajes y exponiendo escenas realistas y complejas de los males de su época. Es que este autor ucraniano devenido en ruso nació en una época compleja, vivió entre los años 1844 y 1930, siendo testigo de la revolución rusa.
Repin nació en Ucrania, lugar que siempre consideró como su hogar y al que volvió en reiteradas ocasiones. Pero vivió y trabajo por muchos años en San Petersburgo, Rusia y en Europa donde terminó su formación artística. Fue así como fue influenciado por los impresionistas sobre todo en lo que se refiere a la forma en la que utilizaba luz y el color. No obstante, su sello es el realismo. Influenciado por el barroco, y sobre todo por antiguos maestros como Rembrandt en sus cuadros se pueden ver personajes, retratos y escenas de todo tipo, de un gran calibre expresivo, donde se detallan situaciones fuertes, intensas y de dolor. En otras, sobre todo en los los retratos, ya sea de personas comunes o personalidades de la aristocracia rusa, Repin con sutileza logra transmitir mucho de la personalidad y las preocupaciones de sus “modelos”.
“Iván el terrible y su hijo” es claramente una de las obras que recuerdan a las de Rembrandt. En el centro de les escena se ubica Iván, de entrada edad, quien sostiene a su hijo muerto. Su hijo, quien yace sobre él muerto posee un rostro calmo. Por el contrario, la cara de Iván es de terror, es el rostro de alguien sufriente y desencajado. Iván mató a su hijo violentamente en un ataque de furia y la a escena que este artista representa es de los segundos posteriores donde el victimario se encuentra por primera vez con el crudo resultado de su furia descontrolada y enloquecida y se ve cara a cara con el resultado de sus actos. Un hombre encontrándose cara a cara con la mayor de sus miserias.
Este cuadro sin lugar a duda es de una complejidad única, de una trama psicológica fuerte y angustiante, que se entremezcla con la pericia increíble de su autor. Fue realizado en el año 1885 y hoy se encuentra en la galería de Tetriakov en la ciudad de Moscú.