Una obra surrealista y movilizante
Frida Kahlo fue una emblemática artista mexicana. Dueña de una vida intensa, pasional y trágica, se convirtió en un estandarte del arte mexicano, surrealista y del feminismo en general. Sus obras están cargadas de emotividad, de simbolismo y de expresión. Nuclean lo más profundo de sus ideas y de su autobiografía, que nunca buscó ocultar. Mas aún, su arte fue un canal de expresión y liberación de miedos, tensiones y angustias que se plasmaron en imágenes, símbolos y colores dando forma a su estilo tan único y particular que la caracterizan, la hicieron famosa y que son un sello inconfundible de su arte y estilo personal.
La obra
“El venado herido” se trata de un óleo realizado sobre fibra dura, en el año 1946. Hoy esta obra se encuentra preservada en una colección privada perteneciente a Carolyn Farb, en la ciudad de Huston.
En esta obra, se observan símbolos provenientes de la cultura mexicana precolombina y también la fusión de sus dos creencias religiosas de las cuales fue tomando principios e ideas a lo largo de su vida: el budismo y el cristianismo. En este óleo se observa un venado yaciendo sobre el suelo de un bosque de altos y frondosos árboles. Por detrás se observa un mar azul, bien mexicano. El ciervo, esplendido y grácil se encuentra herido por nueve largas flechas. Las puntas se clavan con firmeza, pero de ellas no brota la sangre, parecen estacas. El ciervo posee la cara de Frida. Sin expresión alguna mira de frente con sus cejas y peinado característico.
Frida y la obra
Es sabido que Frida Kahlo no gozó de buena salud en vida. Tuvo una vida marcada por las dificultades físicas que le causaron la poliomielitis y luego el trágico accidente con un tranvía que la llevó a padecer problemas en su pierna y columna. Acompañada por terribles dolores crónicos de por vida, dueña de la frase “Pies para que los quiero si tengo alas para volar…” Frida Kahlo fue dueña de una resiliencia y capacidad simbólica única. Estos dos elementos le permitieron a esta gran artista mejicana, convertir con vehemencia su dolor en transformación y arte.
No obstante, esto no significa que el dolor no se viera reflejado en su obra. “El ciervo herido” es un ejemplo de eso. En esta pintura se observa justamente esto. El dolor con el que se enfrentó siempre de manera estoica. Esta obra fue representada por Frida Kahlo a 8 años de morir en el año 1954 de una bronconeumonía. Su salud ya se encontraba deteriorada, sus dolores físicos de espalda nunca la abandonaron. Y las puntas de flecha fue su manera de representar el dolor crónico con el que convivía.
“El ciervo herido” es una obra sencilla, surrealista y emotiva a la vez. Para quien conoce su obra sabe que este ciervo es una de las tantas maneras que tuvo Frida Kahlo de expresar su dolor y transformarlo en arte.