Tamara de Lempika fue considerada una de las más grandes representantes del art decó. Esta artista polaca nació en un entorno de abundancia, feminidad y estética y vivió entre los años 1898- 1980. Su vida estuvo marcada por exilios a la vez que abundancia, fiestas y una búsqueda constante de fama. A los 14 años tuvo que trasladarse a París para vivir con una tía y ese fue el comienzo de su vida artística. De carácter fuerte, avasallante y explosivo esta artista supo adentrarse por deseo y necesidad al mundo artístico parisino.
Fue su primer obra “Kizette en el balcón” la que le valió su primer reconocimiento, el premio de la Exposición Internacional de Burdeos por el retrato que le realizó a su única hija, Kizette .Esta obra es una de las típicas obras de Lempicka, obra en donde se rompe la perspectiva e irrumpe un “cubismo suave” como caracterizaban su obra. Una obra en donde el retrato, otra de sus grandes pasiones, se encuentra en primer plano. Con Kizette tuvo una relación muy cercana, pero de gran ambivalencia y competencia.
En esta obra se la observa a Kisette sentada, en actitud frontal y relajada. Como en otras tantas obras de la artista, la figura parece salirse del cuadro, ya que su tamaño y protagonismo hacen que la cabeza quede cortada. Kisette, de frente, en una composición fotográfica, sentada en un balcón, son su brazo izquierdo apoyado en la reja del balcón típicamente francés. La ciudad, bien cubista, de fondo. Ella sensual, segura y aniñada a la vez. Con un vestido gris, con los pliegues naturales de su uso, pero con un corte bien sencillo. Las medias y los zapatos, típicos de una niña.
Desde allí en adelante la obra artística de Tamara Lempika fue creciendo, por lo general manteniendo un estilo muy propio con las influencias propias de la época. La estética y la belleza para ella fueron vitales en su obra, buscando realzar lo que ella consideraba más elevado de la sociedad en la que vivía. Retratos de lujo y glamour eran de su interés. Fue la abanderada del art decó, pero el cubismo y el futurismo también presentes en su obra revelan su interés por lo moderno y la vanguardia. Más allá del éxito que tuvo en vida, la obra fue olvidada luego de que la artista muriera. Afortunadamente, desde los años 70 volvió a la escena y su obra se encuentra en el museo Pompidou de París.