de Renoir

Baile en el Moulin de la Gallete

 

Baile en el Moulin de Gallete es una de los óleos más importante del pintor impresionista francés Pierre Auguste Renoir. Este pintor, figura clave del movimiento impresionista, retrata en esta típica escena parisina, las grandes líneas impresionista en cuanto a la luz, a la estética y al espíritu. Dejado entrever un recorte de una escena de la vida diaria típica de Paris de mediados del siglo XIX. Esta obra que sin duda se volvió icónica en su acervo, nos muestra el ojo agudo de su autor y su gran sentido estético.

Baile en el Moulin de la Gallete

Esta escena se ubica en el barrio francés de Montparnasse, en un comedor se observan las diferentes personas. Algunas sentadas, otras comiendo, otras bailando o incluso discutiendo. Una gran fiesta y oda al color, la luz y la vida en sociedad. Vestidos de época en un ambiente festivo, esta obra refleja el estilo impresionista de su autor. También su interés por la vida en sociedad y los festejos. La luz y el trazo se entremezclan a la perfección no dejando por ello de presentar detalles en las ropas, en el paisaje y también en diferentes elementos de naturaleza muerta y muebles. Se trata de un óleo sobre lienzo que este autor realizó en el año 1876 y que se encuentra expuesto en el Museo de Orsay de Paris.

Pierre Auguste Renoir

Auguste Renoir nació en el año 1891 en los Alpes franceses y fue uno de los pintores impresionistas más importantes de todos los tiempos. Esta obra suya Baile en el Moulin de la Gallete es sin duda una de sus obras más conocidas. Obra que participó en la exposición de impresionistas y que se atesora hoy como parte de su legado pictórico. Esta obra es fiel a su estilo porque tal como hacia Renoir, muestra una escena bella, armónica y estética. En donde la gente disfruta, es feliz y goza. Una obra colorida, estética, con elementos de naturaleza muerta, luz y paisaje. Una obra impresionista, etérea y fiel a su estilo ligero y sensible a la vez. 

Baile en Moulin de la Gallete es una síntesis perfecta del estilo de Auguste Renoir. Pero sobre todo es una muestra de que el estilo impresionista puede realizarse perfectamente sin por ello dejar de perder en detalles. Que la luz y la pincelada ágil se pueden combinar no solo con paisajes, sino también con rostros, ropas a rayas, sombreros, guantes e infinidad de detalles enriquecedores.