Carlo Crivelli fue uno de los pintores más interesantes y singulares del renacimiento italiano. Con un estilo único y refinado tenía un gran conocimiento de la técnica de la pintura. Nacido en Venecia promediando el año 1400 poco es lo que se sabe de su vida personal. Lo cierto es que en vida fue poco apreciado por salirse de los cánones habituales, pero los pocos que, si supieron apreciar su estilo y su simbolismo, lograron financiar gran parte de su obra.

Mucho tiempo después, recién quinientos años luego de morir, en el año 1990, y gracias a una muestra que realizó la National gallery de Londres su arte comenzó a ser verdaderamente valorizado.  En el año 2015 el Isabel Stewart Garden Museum de Boston sumó una nueva muestra que también dio impulso a su obra.

“La virgen con el niño” de 1480, es una témpera y oro sobre madera. Se puede encontrar muy bien conservada en el Metropolitan Museum de Nueva York. Esta obra es una de las más representativas de su estilo y de su obra en particular. Es un cuadro tradicional, la Virgen sentada, en el medio, con el niño sobre su falda. 

Ella, la madre de Dios, la reina del cielo esta rodeada por una magnifica tela, con colores azules, amarillos, dorado del oro, el verde de su vestido que hace juego con el paisaje natural. La Virgen es elegante, serena, de facciones angulares casi como una muñeca de porcelana. En ella se conjuga la fragilidad y la fuerza de su mirada. La seda de su vestido fue magníficamente representada por el artista, junto con el tul y su aréola dorada.

El niño, dulce y tierno, sus manitos agarrando el jilguero con una aureola más lujosa. Vestido de amarillo. Su rostro no tiene la inocencia de un niño de su edad. La virgen no lo sobreprotege, apenas lo abraza como si supiera que él es lo suficientemente maduro para cuidarse solo.

Las frutas y las verduras colgadas, grandes, símbolos de redención. La manzana y la mosca símbolos del pecado y el mar.   El jilguero representa a la pasión de Cristo y la redención, representa que ambos están conscientes del camino de Cristo a la redención. Ambos miran a la mosca, la cual representa a la maldad, el desastre. Por tal motivo, tienen caras serias. Pocos comprendían el verdadero significado. 

Este cuadro encierra un profundo significado con estos pequeños símbolos. El autor deja entrever un gran interrogante ¿Significa que la pasión de cristo no sirvió? ¿Que el hombre no tiene esperanza? ¿O por el contrario el jilguero vencerá la mosca?