Es una de las tantas grandes obras del ferviente católico Michelangelo Caravaggio. En este gigantesco óleo sobre lienzo, de aproximadamente 2 mts cuadrados, este magnífico artista retrata un momento transcendental del relato bíblico. 

La cena de Emaús se trata de un pasaje del evangelio según San Lucas en el que se describe el momento en el que Jesucristo, ya resucitado, se le aparece a dos de sus apóstoles. En este momento se describen las reacciones de ambos apóstoles ante la aparición de Jesús en el momento que se dirigían camino a Emaús, he aquí el nombre de este pasaje y por ende el título de la obra de Caravaggio.

En esta obra de colores oscuros y luces tenues, se lo puede a observar a Jesucristo como centro de la escena. Sentado, siendo el centro de la misma, su mirada se dirige hacia abajo como mirando a la mesa. Con el cabello suelto y rizado, vestido de rojo y blanco, colores muy utilizados en el cristianismo para referirse a Jesús resucitado. Su mano derecha levantada hacia adelante, casi que sobre el pan y el vino que se encuentran apoyados en la mesa, como una manera de reforzar el mensaje cristiano de que Dios se hace presente en sangre y el pan de vida a través de la eucaristía. 

Siendo tan oscura la escena y tan marcadas las sombras, no es de asombrar que los blancos tengan un lugar protagónico en la escena. El blanco del rostro de Jesús, el blanco de su manto, el del mantel de la mesa y los mantos de los apóstoles. Cleofás y Santiago, los dos apóstoles a los que se les revela Jesús en el momento de la eucaristía, observan atónitos este momento, con su postura corporal inclinada hacia las mesas. Existe un cuarto personaje, que representaría el dueño de la posada, que observa ajeno a la comprensión de este momento 

Esta obra fue realizada, se estima, entre los años 1601 y 1602 y se conserva hace tiempo en la National Gallery de Londres. Se trata de una obra de corte realista, donde cada detalle fue estudiado y representado con minuciosidad. Desde los rostros y gestos de sus personajes, sus ropas, hasta cada uno de los detalles de los alimentos de la mesa. Jesús retratado más joven, no deja de representar la paz, la fuerza y la vida eterna que trae como mensaje a los apóstoles y a la humanidad.