El hombre que camina

Escultura en bronce de un hombre delgado y alargado caminando hacia adelante, obra de Alberto Giacometti, representando el impulso existencial del ser humano.
Una de las versiones de El hombre que camina, la emblemática escultura en bronce de Alberto Giacometti realizada en 1961.

Alberto Giacometti fue un pintor suizo que nació pisando los inicios del siglo XX. Nacido en Suiza en el año 1901. Hijo de otro artista, tuvo el arte siempre en su herencia, un camino marcado y también fértil que lo llevó a incentivar sus pasiones y su genética. Así que luego de una formación de base tradicional en arte llegó a la meca del mundo de los artistas, y fue en París donde tras unos picoteos por otras corrientes y áreas artísticas decidió sin grandes pormenores que lo suyo era la escultura. En poco tiempo, Alberto Giacometti se estaba consagrando como uno de los escultores de estilo surrealista más importante de todos los tiempos.

Quizás puede pensarse que en gran parte esto se deba a que tenía un tío cuyo arte se inclinó hacia el fauvismo. Parte de sus obras a veces remiten a esto. Pero lo cierto es que una de las mayores influencias que tuvo en su escultura fue la de Rodin, y su estilo escultórico moderno y despojado.

Es así que cuando Alberto Giacometti sorprende al mundo con la serie de esculturas  El hombre que camina, su estilo ya era conocido por todos. Y también esta gran capacidad escultórica, al igual que Rodin de decir mucho con poco.

El hombre que camina

El hombre que camina es una escultura que luego fue replicada por el artista en varias ocasiones y varios formatos. Realizada inicialmente en bronce en el año 1961, esta escultura muestra la imagen de un hombre muy flaco y alargado realizando eso, simplemente eso, caminando. Pero hay algo en este espíritu deslarvado, en su manera de caminar y de que toda su humanidad se está inclinando hacia adelante más allá de lo gravitatoriamente posible, que atrae al espectador. 

Esta obra tuvo un impacto total que fue subastada por millones y millones de dólares. Hay quienes la sitúan como uno de los referentes más importantes también de una de las corrientes psicológicas que más fuerte impactó luego de la segunda guerra mundial, el existencialismo. Se trata de un hombre que con aplomo dirige su marcha camina. Y se contrasta, sin embargo, con una delgadez extrema. Casi como una batalla de la existencia entre la inevitable muerte y desaparición y las ganas de vivir y de seguir caminando a paso firme hacia un objetivo, el vivir. 

Sin duda una obra moderna, sutil y expresiva que capta un mensaje poderoso de este escultor y que se ha vuelto icónica.