Una singular obra de Velázquez

La vida cortesana española quedó en gran parte registrada gracias a uno de los artistas cortesanos más importantes de España: Diego Velázquez. Este pintor sevillano que nació en 1966 dedicó su vida entera a servir a su país. La manera que tuvo de hacerlo fue abocándose a su trabajo como pintor, pero específicamente como retratista de la Corona Española. Le tocó coincidir con Felipe IV, quien con el paso de los años lo empleó enteramente a los fines de la corona y le encomendó infinidad de retratos. 

Hoy Diego Velázquez representa un gran tesoro artístico español, representante del período barroco. Pero a su vez, es una obra invaluable que acredita muchas cuestiones históricas que sucedieron. 

La obra: Enano con un perro

La obra Enano con un perro es un óleo sobre lienzo que este pintor español realizó allí por el año 1860. Se trata de una pintura muy característica del estilo de Diego Velázquez, con un marcado estilo Barroco y retratando temas cortesanos. Esta obra habría sido un encargo de la corte y aquí estaría representada un bufón, enano de esta. No es la primera vez que Diego Velázquez representa un bufón, pero el hecho de representarlo frente a un perro grande es una manera de traer a la luz la paradoja de su tamaño. No queda claro si el pintor busca ridiculizarlo o acentuar el aspecto de bufón del mismo.

Se lo observa elegantemente vestido, con un traje marrón y encajes en el cuello y camisa. Un sombrero completa el estilo junto con sus botas y una espada. En el sombrero llevaría unas grandes y abultadas plumas blancas, se estima, puesto que el trazo y la manera en que fue pintada no permite verlo con claridad.  El modelo se encuentra parado junto al perro, mirando de frente de manera muy seria.

La paleta de colores utilizada por Diego Velázquez es propia del barroco, tendiendo a colores verosímiles, pero más bien oscuros y cortesanos, resabios del período gótico anterior que lo antecede. El trazo es un trazo ligero pero cargado, dejando restos de pintura por toda la obra. En algunos momentos suma al nivel de detalle, como en el caso del traje, en otros resta claridad, como en el caso del sombrero.

El perro, una especie de mastín o galgo muy grande, está sujetado de manera tal que da la impresión de que fuera un caballo. La perspectiva fue lograda perfectamente en esta obra, buscando naturalidad, aunque sobriedad, puesto que no hay detalle alguno, sino más bien parece tratarse de alguna esquina o pasillo transitorio del palacio.