Sin lugar a duda el Pensador (The thinker) es una de las obras más icónicas, famosas y fascinantes de este escultor. Se trata de una obra única, de tamaño real, en bronce, que supo captar la naturaleza más intrínseca del ser humano y del ser humano en situación de creador, de pensador, de artista. De un hombre que parece pasivo y abatido, por su postura, pero por cuya mente pasan los más floridos, ricos y vastos pensamientos y reflexiones creativas que solo pueden resultar de un largo tiempo de contemplación y pensamiento crítico. 

François-Auguste-René Rodin nació en París un 12 de noviembre de 1840 y falleció a sus 77 años de edad en Meudon una mañana de un 17 de noviembre de 1917. Este escultor francés fue mundialmente conocido bajo el nombre de Auguste Rodin y fue considerado el padre de la escultura moderna. Complejo, creativo, reflexivo y talentoso, este artista logró romper con el canon académico del siglo XIX en Francia, posibilitando así una nueva era para la escultura. Una etapa del hombre al natural, con conocimientos anatómicos acabados eso sí, pero en situaciones mas humanas y mucho menos rígidas y artificiosas.

The thinker fue creada entre los años 1881 y 1882 como un encargo para formar parte del conjunto de “La puerta del Infierno”, aquella puerta repleta de detalles y microesculturas que sería la entrada de, ni más ni menos, del Museo de Artes decorativas de la ciudad de París. Originalmente, Rodin denominó a esta obra como “El poeta” y representaba a Dante Alighieri quien fue el autor de la Divina comedia. Fue justamente a partir de esta obra maestra que se pensó en la creación de La puerta del Infierno. La idea de Rodin fue retratarlo a Dante Alighieri fuera de la puerta y con todos los personajes que conformaban la Divina Comedia plasmados en la puerta. Pero, a medida que su creación avanzaba, el escultor fue sintiendo que nada tenia que hacer Dante lejos de sus personajes y su pieza se convirtió así en un pensador.

Un hombre, flexionado, con su rostro apoyado en su mano, abatido, pero con actitud pensante. Reflexivo y lleno de vida interior. Es una obra única, por su conocimiento anatómico, su naturalidad y belleza. Se trata de una escultura de fundición, que se realizó en bronce luego de varias muestras de Rodin. En aquella época había dos lugares que realizaban ese trabajo:  Radier y Coubertin. La primera fundición de El pensador se hizo en el año 1884, como encargo de un coleccionista. 

Existen diversas fundiciones de El pensador alrededor del mundo; algunas han sido ampliadas del original y otras, de diferentes proporciones. Todas estas se conocen bajo el nombre de originales múltiples.