Sebastião Salgado es un fotógrafo contemporáneo de nacionalidad brasileña nacido en el año 1944. Si bien estudió la carrera de Economía en Brasil, para luego doctorarse en París, decidió abocarse, junto con su cámara Leica, a la fotografía en blanco y negro. De la mano de este arte, dentro del cual se formó en parte de manera autodidacta, logró desarrollar una carrera artística de un valor único.

Su recorrido en la fotografía ha tenido, por el momento, dos etapas. En un primer momento su principal objetivo fue retratar al ser humano. Salgado sostiene firmemente que, frente a la vida, al dolor y a todo lo que acontece en nuestra vida anímica “…solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura…”. De los cinco continentes, de diversidad de países, etnias y realidades, el objetivo de su cámara retrató las realidades más diversas y duras a la vez. Se lo considera un embajador de la paz, por lo que en el año 2001 llegó a ser nominado como embajador Unicef y ha sido merecedor de los siguientes premios: “Premio internacional de la fundación Hasselblad” (1989) y “Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1998). 

En el blanco y negro de sus imágenes el ojo del espectador queda suspendido, en imágenes fuertes, profundas y a la vez estéticas. Gente de todo tipo de culturas y países, en situación de guerra, de exilio, de hambre, de pobreza. Es como si sus imágenes tuvieran un imán: esa mezcla de blanco y negro, de capacidad artística, de denuncia y de reflejar a las personas en tales situaciones extremas. Sujetos de miradas fuertes, penetrantes y directas. Son imágenes que permanecen grabadas en la memoria del espectador. Son fotografías de un alto valor de impacto. A lo largo de sus viajes a retratado situaciones de lo más diversas y significativas y entre sus libros se puede destacar: “Otras Américas” (1986), “La mina de oro de Serra Pelada” (1999), “Éxodos” (2000),“Génesis” (2013), etc.…

En el año 1994, y luego de haber trabajado décadas en situaciones de guerra, decidió volver a su país natal, Brasil, específicamente a Minas Gerais, para recuperar unas tierras heredadas por su familia. Estas hectáreas se encontraban en plena sequía y deforestación. Fue con su mujer, Lélia Wanick y su hijo Rodrigo, que volvieron a este lugar para comenzar otra labor titánica.

En 1998 formaron el Instituto Terra y en el transcurso del tiempo que se abocaron a este trabajo lograron recuperar más de 297 especies de árboles nativos. En aproximadamente un radio de 710 hectáreas han albergado a cientos de especies animales y vegetales nativas del lugar. Y así, su carrera profesional tomó un giro radical con respecto a su etapa anterior, en la que la tierra y la naturaleza y el factor medioambiental cobran protagonismo. 

 En el transcurso de los últimos años, hasta la actualidad Sebastião Salgado ha trabajado con doce tribus amazónicas y ha encabezado una campaña de prevención contra la desforestación en el Amazonas. Sus fotos buscan hacer presente la urgencia del cambio climático que se vive en su lugar de origen y en todo el mundo.