Hablar de Rufino Tamayo es hablar de colores, de música y de México. Rufino Tamayo (1899-1991) fue un gran artista mexicano de Wahaca que recibió de las raíces zapotecas gran influencia. Fue parte de los intelectuales mexicanos que vivieron la revolución mexicana por lo que el realismo social impactó en su obra enormemente y lo llevó a plantear un cambio de estilo en el arte mejicano.

Hijo de comerciantes, ingresó a la escuela de arte a sus 17 años. Presenta un estilo en parte moderno y en parte realista. Uno de sus mas significativos aportes tiene que ver con que, junto a Jose de Vasconcelos, fue uno de los grandes impulsores de que el arte llegara a la currrícula escolar mejicana. Su estilo pictórico es único, se trata de un estilo moderno, sintético que se conjuga con la influencia indígena mejicana. En sus comienzos no tuvo gran recepción en su país y fue recién cuando viajó a Nueva York y pudo verse nutrido por artistas como Picasso, Matisse, Chirico y Braque que logró consolidar su estilo y volver mucho más fuerte. 

Dos mujeres” es una obra realizada en el año 1979, se trata de un óleo sobre tela que hoy se encuentra en una colección privada. Esta obra es una clara síntesis de lo que fue su arte. Una de las principales características que podemos observar en esta pintura es el particular uso del color. Es sabido que las pinturas de Rufino Tamayo son muy coloridas. Trabajaba con pocos colores y de ellos obtenía todos los colores que necesitaba. En esta obra, utilizó el rosa y el amarillo. A partir de esto pudo obtener los otros colores, el rojo, el naranja y hasta el gris y el negro. Lo particular de esta utilización del color es que logra hacer una síntesis entre la expresividad del color y la simpleza el dibujo, lineal, sintético y sobrio. Utilizaba los colores conscientemente y sacando provecho de ellos sin por eso ser estridentes.

Otra característica típica de Tamayo es la sencillez en el diseño, en la utilización de recursos en el tema. En “Dos mujeres” observamos que la simpleza de Tamayo llega hasta el nivel de que las figuras no tienen ojos. El artista siente que basta representar a estas dos mujeres, de frente, fuertes, presentes y que para esto retratarlas con ojos es innecesario. La sencillez abunda en la obra, en las líneas, la cabeza y el cuerpo.

Y la otra característica típica de su estilo es la aparición de la geometría. En la mayoría de sus obras la geometría está presente. Rayas y líneas geométricas aparecen, como en “Dos mujeres” y le permite a este artista incluir una noción para él fundamental la noción del orden universal.  Un espíritu sensible, intuitivo, sencillo que dejó un legado único en el arte de México.