La escultora de las arañas

La escultora de las arañas

Louise Joséphine Bourgeois es una de las artistas contemporáneas más particulares, originales y famosas de este tiempo. Sus clásicas esculturas de arañas son un sello indiscutible de su productiva obra artística. Esta artista francesa se caracterizó por esculpir grandes esculturas de arácnidos, pero también en tener una particular originalidad a la hora de seleccionar materiales para sus obras. Sus traumas de la infancia fueron el punto de partida para elaborar sus obras y su creatividad y el cierre justo para plasmarlas en esculturas. Fue autor de grandes obras cargadas de simbolismo que trataron temas actuales como la femineidad, la distribución de roles de género, el amor, el cuidado y los traumas infantiles. 

Su vida

Louise Joséphine Bourgeois nació en Francia en el año 1911. Fue la menor de cuatro hermanos y vivió en un hogar con un padre dominante e infiel. Su madre, una hábil tejedora que participaba del negocio familiar de restauración de tapices, fue para esta artista el centro de su vida, de protección, estabilidad y cuidados maternos. Su enfermedad y posteriormente su muerte dejaron a Louise Bourgeois con un gran dolor, sobre todo al presenciar las infidelidades de su padre con quien fuera su niñera y maestra. Louise Joséphine Bourgeois decidió estudiar bellas artes luego de abandonar sus estudios Matemáticos. Se casó felizmente en el año 40 y de allí se fue a vivir a Nueva York, ciudad que la vio brillar como artista y donde murió en el año 2010.

Su obra 

Louise Joséphine Bourgeois fue autora de una obra original, ecléctica, disruptiva y profunda. Utilizo materiales en sus esculturas como madera, madera recolectada del mar, plásticos, bronce y mármol.

Su obra más famosa es su instalación llamada “Mamá”, realizada en el año 1990, aproximadamente. Se trata de una enorme escultura realizada en bronce que posee unos 10 metros de alto. Con una pequeña gran cabeza y largas patas gigantes y finas. Originalmente fue realizada en acero y sus réplicas fueron en bronce. Madre, su infancia, tejido, protección, nutrición y multitasking fueron los temas que impulsaron la realización de esta gran escultura.

A Louise Joséphine Bourgeois le interesaban temas sobre todo como el cuerpo humano, la protección y las necesidades no resueltas. Del lado del feminismo una de sus series más conocidas y significativas es la que se llama “Femme Maison”. En esta serie de pinturas realizadas en el año 1946, Louis Bourgeois retrata diferentes escenas en los que se detalla cuerpos de mujeres con cabezas de casas. En un punto la autora intenta plasmar la asociación que hay entre la femineidad y el hogar, la mujer y su casa. Sus cuerpos desnudos se exponen al mundo, pero su cabeza está sumergida en temas hogareños. Otra interpretación de la obra tiene que ver con el papel de la mujer asociado a cuestiones hogareñas y las ideas de reivindicación feminista de Louis Bourgeois.

Give or take” es otra de sus esculturas interesantes a ser tenidas en cuenta. En esta pequeña escultura de bronce, esta artista describe el difícil interjuego en la pareja y vida conyugal de dar y recibir, del equilibrio justo. Plasma dos manos unidas por un largo antebrazo, una abierta y otra cerrada y un equilibrado interjuego de fuerzas y pesos que Louise Joséphine Bourgeois logra plasmar.

Su mensaje

Louise Joséphine Bourgeois transmite un mensaje fuerte y contundente sobre los temas que le interesaban. Ella siempre sostuvo que sus vivencias de su infancia y sus traumas fueron la piedra angular a partir de la cual partió su obra. Por un lado, la protección materna, el cuidado y la astucia que vivió con su madre fueron la gran inspiración para “Mamá”. “Destrucción of the father”, fuertísima instalación de esta artista y otras obras más, fueron el resultado de su visión de un padre dominante, irónico e infiel. Le preocupaban cuestiones de igualdad de género, equidad y reivindicación feminista que fueron el disparador de muchas de sus series como las de “Femme Maison”.

Esta artista vivió casi 100 años. Murió en Manhattan y aun a una semana de morir seguía esculpiendo. Una pieza única del arte moderno.