La Venus de Milo ha perdurado como una de las obras escultóricas más renombradas y reconocibles a lo largo de la historia. Preservada en el Museo del Louvre de París, se estima que esta escultura pertenece al período helenístico. Su nombre original es Afrodita de Milo, es representativa de lo más importante de la escultura griega del siglo 100 a.C. La fuerza icónica de esta escultura es que representa un ideal helénico muy marcado de belleza, no por nada Afrodita es la Diosa del amor y la belleza.

El tamaño de esta escultura es grande, superando los 2 metros de alto, lo que la hace más grande que lo usual. Si bien estuvo realizada en diferentes bloques de mármol blanco, el objetivo de su autor fue que todo pareciera ser una misma pieza. Lamentablemente, se desconoce quién fue su autor y si bien existen hipótesis tentativas, ninguna fue realmente comprobada. Lo cierto es que el paso del tiempo y los vaivenes hicieron que esta escultura, esta magnífica obra de Afrodita, diosa griega, perdiera sus brazos.

Lo difícil de este punto, es que en la mitología griega, los brazos, las manos, aportan mucha información y simbolismo. Al no tenerlas, una serie de especulaciones empezaron a girar en torno a esta Diosa. Por su majestuosidad, belleza y sensualidad se cree fuertemente que se trata de la Venus de Milo. Aparte de sus proporciones y estética y su túnica característicamente griega, Afrodita estaría sosteniendo dicha túnica. Con la otra mano se cree que sostenía una manzana, un espejo y una túnica. 

A esta grandeza y perfección se contraponen la actitud pasiva y triste de la escultura. Si bien a su postura puede atribuírsele calma, lo cierto es que la Venus de Milo nos presenta muchas cuestiones ambivalentes. En su tridimensionalidad, puede recorrer esta obra desde todos los ángulos. La tersura de su piel y las imperfecciones dadas por el tiempo, acercan al espectador a una imagen real de una Diosa griega fuerte y bella pero triste, seguramente por la muerte de Alejandro Magno.

¿La Venus de Milo debe su fama a su belleza? Si, pero no es solamente por ello. La realidad es que los franceses se encargaron específicamente de que esta escultura cobrara fama. Recientemente habían perdido la Venus de Médici, escultura griega que Napoleón Bonaparte había saqueado a los italianos. Con la caída de Napoleón esta tuvo que ser devuelta y con el ego dañado los francés buscaron realzar aún más el valor de esta obra, se manera de que el dolor de su pérdida no se notara.