de Delacroix
“La libertad guiando al pueblo” de Delacroix es una famosa obra de este pintor francés que fue realizada en el año 1830. Es una obra que representa la revolución francesa que se dio en los últimos días de julio del mismo año. Carlos V era un rey muy conservador, que había decidido suprimir el parlamento y estaba a poco de eliminar la libertad de prensa. Frente a esto, el pueblo, y esto significa la unión de varias clases sociales, se subleva en las calles y en especial en la plaza del ayuntamiento donde surgen enfrentamientos y muertes. Como consecuencia, Carlos V es derrocado. Delacroix, no pudo participar de aquellos levantamientos y sintió que este cuadro era su manera de representar y adherir a la causa.
Este cuadro es un óleo sobre lienzo que se conserva hoy en el Museo Nacional del Louvre. Despertó siempre mucho interés y pasó por diferentes manos hasta encontrar su sede final allí. Tiene una dimensión de 260 mts por 360 mts y en él se representa justamente a una mujer, Marianne, con la bandera en alto, en medio de la guerra, caminando, abriéndose paso entre la gente, los cadáveres, la represión y los tiros, para guiarlos.
Es una escena vívida y realista que busca transmitir el sacrificio y la valentía de aquellos ciudadanos. No hay clases, y en la misma escena se ve al burgués vestido elegantemente en ese día caluroso de París, en pleno combate, junto al pobre y mendigo de la calle que yace moribundo. Un niño, joven y fuerte y un trabajador que en teoría es un autorretrato de Delacroix. Se observa una pila de cuerpos muertos y moribundos, sobre los cuales la libertad intenta hacerse paso, como demostrando que ese fue el sacrificio que valió la libertad. La figura de un soldado, representante del gobierno anterior en decadencia que ya formaba parte casi de la historia pasada.
Dicen, que sobre la figura del niño con pistolas se inspiró Victor Hugo para realizar su obra Los Miserables. Victor Hugo, quien siempre mostró inclinación por Delacroix y en particular esta obra, se habría basado en ella.
Eugène Delacroix murió en el año 1863, mucho tiempo después de realizada esta obra maestra que fue símbolo de Francia. Delacroix fue una figura clave para su país, reconocido en la pintura y también en la litografía, quien a través de su romanticismo defendió a su país y a sus ideas políticas de libertad.
