Si bien el pintor español José de Riviera es conocido por su magnífico arte religioso también pintó sobre otros temas como lo es la mitología y temas históricos. 

En la obra “El duelo entre Isabella de Carazzi y Diambra de Pettinella”, realizado en el año 1936, representa un caso verídico de su época en Napoles. Se trató de un desafío entre dos mujeres, Isabella de Carazzi y Diambra de Pettinella, quienes disputaban por el amor de un caballero conocido con el nombre de Fabio de Zeresola. Los biógrafos creen que este tema llamó lógicamente la atención de este artista, quien encontró el hecho algo insólito, ridículo y hasta grotesco. 

En un punto también es una sátira de los duelos de honor, costumbre bastante común y arraigada en Italia durante aquellos años. Este gran lienzo es un óleo mayormente de colores pálidos y cálidos, típicos en sus obras ya de su ultima época. Posee un tamaño de 235 x 212 cm y pertenece a la colección de Felipe IV del Museo del Prado.

En esta se observan a las dos mujeres, vestidas con finas telas que forman simples vestidos o túnicas. Ambas con el pelo recogido y con un gran escudo que las protege. Algo de sangre se nota en una de ellas, que yace en el suelo, sentada, expectante como esperando el remate final. Mira hacia arriba hacia su atacante e intenta defenderse una última vez. Su oponente, sin piedad, la mira impávida, de manera fría, calculadora y concentrada. Sus ojos no miran a los de su víctima. De fondo, enmarcando esta terrible escena y este minuto final, una serie de rostros masculinos observan, ninguno femenino. Como simbolizando lo que este bando genera en el mundo femenino. Hombres, algunos jóvenes, otros ya más ancianos. Algunos observan como si de un espectáculo teatral se tratar, otros comentan y otros vociferan atónitos. 

Los rostros presentan un gran nivel de detalle, aunque las miradas parecen algo congeladas y frias. En esta monumental escena este artista logra acercarnos una escena trágica con un increíble conocimiento anatómico y la paleta de claros oscuros que tanto lo caracterizó.