Hay lugares que están llenos de arte e historia y que no necesariamente son un museo o una catedral famosa. Muchas veces son un hogar, un taller, un refugio, un centro de reuniones y de vida familiar. Este es el caso de “la casa de isla negra”, la casa del poeta Pablo Neruda enclavada sobre el océano pacífico, en Valparaíso, uno de los lugares mas lindos de todo Chile. Sobre el mar y con una vista única, este lugar fue pensado y construido por su dueño paso a paso, pieza por pieza y luego colmado con su historia, sus días, sus colecciones de caracoles, máscaras de sus viajes, insectos, mascarones de proa, mapamundis,  …..todo esto hizo que hoy este lugar se convierta en una suerte de museo que permite meterse, mientras se realiza su recorrido, en la mente y en lo que fuera la vida de este autor. 

Isla negra es la representación misma de todo lo que fue el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda. Es su casa, en dos plantas ubicadas en Valparaíso. Si bien no es una isla, así llamaba a este lugar. Una casa, con un vagón anexado, su cuarto al que se accede por una escalera caracol, con una vista al horizonte digna de inspirar sus más famosos poemas. Sus reliquias, sus colecciones, todo en ese lugar.

Este escritor y poeta, llegó a la zona de isla negra en el año 1937, luego de un viaje. Encontró este lugar por el que quedó impactado instantáneamente, y al año logró comprárselo a quien fuera su dueño: un navegante español que había naufragado con su barco en punta arenas. Con el paso de los años escribió si libro “Canto General” y fue de apoco refaccionando y completando aquella pequeña casa de piedra que se convirtió en su refugio definitivo. Neruda quería pocas cosas para esa casa: grandes ventanales que dieran al mar, una chimenea y una torre en la entrada de la casa. 

¡La casa … No sé cuándo me nació…Por primera vez sentí como una punzada este olor a invierno marino, mezcla de boldo y arena salada, algas y cardos…Aquí, dijo don Eladio Sobrino (navegante) y allí nos quedamos. Luego la casa fue creciendo, como la gente, como los árboles”.

Así, sin darse cuenta, en cada refacción, en cada adorno y en cada espacio que sumaba a esta casa iba generando, sin saberlo otra obra maestra. Hoy la casa es un museo abierto al público.