Horacio Quiroga fue uno de los cuentistas por excelencia de la literatura latinoamericana. Creativo, sensible y trabajador, este escritor, dramaturgo y poeta logró ser creador de una singular literatura, para grandes y chicos, en la que plasmó su pasión y adoración por la naturaleza, los animales, la selva y el hombre en ella. A la vez, en sus cuentos su vida, su biografía, sus miedos, sus defectos y virtudes se plasmaron en sus personajes e historias, colándose sin quererlo para permitirnos conocer a los lectores de lleno a este particular hombre. 

Nacido en Salto, Uruguay en el año 1878, fue el cuarto hijo de Pastora Forteza y Prudencio Quiroga. Desde niño fue apasionado por el ciclismo, la naturaleza, la fotografía y las letras. La vida de este escritor comenzó marcada por la tragedia cuando su padre muere de un escopetazo producto de un accidente de caza, estando Horacio con sus apenas dos meses al lado de él. De ahí, cantidad de accidentes, escopetazos y suicidios como si su vida de una novela se tratara y donde el horror y la desesperación que el lector encuentra en sus cuentos hubieran sido parte de la historia de este hombre tan resiliente. Su padrastro, su primera mujer, sus dos hijos mayores, todos sucumben al suicidio, su mejor amigo muere por culpa del mismo Horacio, que quería persuadirlo de que no participara de un duelo. Aún así, en medio del dolor y las pérdidas, este hombre se hizo un lugar por demás respetable en literatura latinoamericana. 

Su vida transcurre entre Buenos Aires y Misiones, cabe mencionar que Quiroga abandonó Salto luego del accidente fatal en el que muere su amigo y escritor Federico Ferrando. Así embarca hacia la Argentina, donde descubre la selva misionera y logra su madurez profesional. Así, a partir del año 1904 se empiezan a conocer sus más grandes obras: “El crimen del otro”, “Los perseguidos”, “El almohadón de pluma”, “Historia de amor turbio”, “Cuentos de amor de locura y de muerte” y “Cuentos de la selva”, entre otros tantos. Habiendo quedado sólo con sus dos hijos pequeños luego del suicidio de su primera mujer, Horacio Quiroga vivió una vida de entrega a su escritura y educación por sus hijos, entre la carrera diplomática que le permitía subsistir y la de escritor. Casado en dos ocasiones con mujeres mucho más jóvenes que él, su vida amorosa fue algo turbia y difícil de decodificar.

El fue el gran representante de modernismo y del cuento breve en Latinoamérica. Asociado a Edgar Allan Poe por su estilo, el foco de Horacio Quiroga estuvo en un estilo sencillo y breve de la narrativa, aunque no siempre lo siguiera al pie de la letra. Con la sensibilidad y el libre pensamiento que lo caracterizaban, su merito fue lograr llevar, con esa misma simpleza a sus cuentos, plagados de animales y de naturaleza, el enfrentamiento desigual entre el hombre y la naturaleza, dejando al espectador con sentimientos ambivalentes de miedo, ansiedad, horror, angustia y fascinación. Frente a esta lucha desigual e inevitable, entre el hombre y la naturaleza, quizás la misma que él vivió siempre. Horacio Quiroga se suicidó en el año 1937, para evitar los dolores de un cáncer terminal que lo acechaba.