Henri Rousseau (1844-1910) el pintor francés al quien se le atribuye ser el creador del movimiento naif o arte salvaje. Este autodidacta, que comenzó a pintar recién a sus cuarenta años y que fue blanco de muchas críticas fundo un estilo artístico, sin saberlo, que hoy es considerado uno de los movimientos más importantes del arte moderno. Sus tres premisas básicas eran, la poca cantidad de detalles, el uso del color fuerte y estridente, sobre todo en las partes más delanteras de las obras, y por último, la aparente no utilización de la perspectiva. En el arte naif, da la impresión de que hay errores de perspectiva, como si todo fuera plano, incrementando la sensación de sencillez y de colores plenos y fuertes. 

Pero uno de los grandes mensajes de este movimiento, y sobre todo de este artista, es que la técnica artística puede resultar sencilla, pero no así los temas a retratar. Henri Rousseau, ha retratado temas de guerra, de muerte, ha retratado la pobreza, la enfermedad y muchos dilemas de la vida cotidiana.

En su vida tuvo pocas oportunidades para presentar sus cuadros y logró hacerlo únicamente en salones de arte independiente de París a partir del año 1880. Los críticos se burlaban de su estilo y él, por el contrario, aprovechaba las bromas para lucir su arte, con una actitud muy positiva y hasta, valga la redundancia, naif. Retrataba escenas de la jungla tropical, repleta de animales salvajes típicamente africanos, mexicanos, etc… Le gustaba hablar de viajes que nunca hizo, era un soñador, un ingenuo y era, aunque quizás de la manera no más honesta, su manera de presentar y vender su imagen.

Su inspiración surgía sencillamente de sus largas caminatas por el Jardin des plantes en Paris repleto de plantas exóticas y matices de verdes y también de un libro de fotografía de animales salvajes que guardaba en su habitación.

Una de sus más lindas obras es “La gitana dormida”, un oleo sobre lienzo que hoy se preserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. De sus tantas obras, esta obra trata una gitana, libre y sin ataduras, todo un tabú en la época de Rousseau. De gran minimalismo donde solo retrata 10 objetos: luna, montaña, cielo, tierra, mar, león, una mujer dormida, el bastón en sus manos, una guitarra y una jarra. Estas diez cosas que crean un efecto de sueño por lo vació, lo inusual y la mujer dormida. El león impredecible, la mujer colorida con la boca abierta y dormida que parece exhausta de haber caminado por el desierto. La luna y la tierra fría, que contrastan con la ropa ligera de la mujer y el león selvático. La obra en su conjunto es fascinante, sencilla, dicotómica y original, cargada de simbolismo. Hoy el estilo naif es uno de los estilos mas reconocidos del arte moderno y esta obra es un fiel testimonio de todo lo que esta corriente con sus sencillez trajo al arte.