Una obra onírica y oriental de Max Jacob

Guillaume Apollinaire fue una figura fuerte en el mundo de las letras del siglo XX, así como su amigo el periodista, escritor y pintor Max Jacob, quien decidió retratarlo en esta delicada obra de arte.
Guillaume Apollinaire y su musa
“Guillaume Apollinaire y su musa” es una obra que fue realizada en el año 1910. Guillaume Apollinaire fue una figura a la que Max Jacob admiraba muchísimo, por ser una de las figuras más influyentes del siglo XX en materia de letras, impulsor del surrealismo, pero por, sobre todo, creador de una técnica que se conoce como “Caligrama” en la que una frase forma un dibujo. Uniendo así las dos pasiones de Max Jacob, este concepto lo llevó a querer retratar a Guillaume Apollinaire de esta manera.
Esta obra tiene un tinte oriental y parece sacada de una escena de fantasía u onírica. Se lo observa a Guillaume Apollinaire en una especie de gran jardín de invierno recostado sobre una especie de diván, mientras que una mujer le está leyendo. Ella sería su musa, la que delicadamente le lee o inspira en sus ideas más profundas y geniales. Mientras tanto, este escritor y amigo de Jacob se deja llevar y se encuentra profundamente relajado.
Se observa en la obra un piso al estilo damero y un fondo de verdes y un cielo azul. Están finamente vestidos sumidos en la elegancia y las letras. Esta pintura fue realizada en lápices y tintas de colores.
Max Jacob
Max Jacob, reconocido escritor y pintor, nació en el año 1876 en Bretaña, Francia. Su vida quedó cerrada por uno de los eventos más terribles que pueden vivir los seres humanos. Murió en un campo de detención nazi en el año 1944, a la edad de 68 años. Fue uno de los tantos pintores que les toco vivir de cerca los horrores del holocausto, sólo que él no sobrevivió a las deplorables condiciones de vida del lugar como para seguir contándolo a través de su arte.
Si bien él era católico, su origen judío le llevó a ser detenido y llevado a este campo de detención. Su vida osciló entre el periodismo, la poesía, los viajes, la pintura y la religión. Y pivoteando entre esas diferentes áreas fue una mente aguda y bien cultivada que dijo siempre lo que sentía y se movió entre los límites del surrealismo y el dadaísmo. Amigo de Picasso, del misticismo y de los sueños, plasmó en su obra poética y pictórica su estilo único.