Nacido en Roma en el año 1888, Giorgio di Chirico es conocido por haber fundado el movimiento artístico de pintura metafísica.

La pintura metafísica (Pittura metafisica) un movimiento artístico que surgió en Italia gracias a los aportes e influencia de Giorgio de Chirico respectivamente  y también del artista Carlo Carrà. El foco principal de sus pinturas se basaba en plasmar escenas oníricas de plazas típicas enmarcadas en ciudades italianas, magnificadas, idealizadas y retratadas en su mayor esplendor. También jugaban con las yuxtaposiciones de objetos que si bien apuntaban a parecer casuales eran conscientemente pensadas, bosquejadas y calculadas por los artistas. A través de su arte y de este movimiento representaba un mundo idealizado, a futuro mezclado con relatos inconscientes. De más está decir que el movimiento metafísico significó las bases fundantes sobre la cual crecieron el Dadaísmo y el Surrealismo.

El arte de Chirico por Sebastian Hidalgo Sola

Con lo que a Giorgio Di Chirico respecta, estudió arte en Atenas y Florencia y luego en Alemania en 1906, donde ingresó a la Academia de Bellas Artes de Múnich. Su obra se vio fuertemente influenciada por las ideas de Nietzsche y Arthur Schopenhauer. Finalizados sus estudios Di Chirico regresó a Italia para instalarse allí definitivamente y comenzar con su producción artística. Sus pinturas “El enigma de una tarde de otoño”, “Plaza metafísica”, “El enigma del oráculo”, El enigma de la hora, La gran torre II (1912),  La incertidumbre del poeta (1913), Meditación otoñal (1913),  La recompensa del individuo (1913), Cántico de amor (1914), La conquista del filósofo (1914), Misterio y Melancolía en una Calle (1914) Melancolía otoñal (1915), Las musas inquietantes (1916), El gran metafísico (1916), Interiores metafísicos (1916-1918) son ejemplo de su gran capacidad artística. 

En su gran mayoría, sus obras retratan ambientes oscuros, algo temibles y hasta abrumadores de paisajes urbanos. También se caracterizó por pintar objetos, superpuestos, que llenaban cuartos y habitaciones en su totalidad. Los maniquíes se vuelven una característica de este pintor, sin rostro, ubicados en estas habitaciones entre tantos objetos. 

Pero la influencia de este artista no se centró únicamente en la pintura. Todos los artistas surrealistas o metafísicos, en el caso de Di Chirico, tenían en su haber una fuerte impronta filosófica y libre pensadora de base. Tan es así que logró plasmar sus reflexiones en un libro que  publicó en el año 1925 con el título de “Hebdómeros”. Esta novela, ha sido muy elogiada y reconocida como una de las mayores obras literarias del movimiento surrealista. Di Chirico murió a sus 90 años en Roma y ha dejado tras de sí un legado único.