Una obra distinta, inspiradora y visionaria

 

Era el año 1869 en Francia y Edgar Degas se aventuraba a una de sus más especiales obras pictóricas:  Estudio del cielo. Al igual que su título, esta obra nos presenta ante un Degas distinto, más osado, analítico y profundo que se anima a correrse de los cánones de la poesía preservando lo más íntimo de su estilo y lo más intrínseco del surrealismo: la luz. Suspendido en el detalle de un cielo, esta obra ubica al espectador en el limbo del cuello, las nubes el espacio y los matices de luz.

 En  Estudio del cielo, Edgar Degas se aleja de los impresionistas en cierto sentido y de sus típicas bailarinas y caballos. Acá, deja los retratos y escenas de interior y se vuelca al aire libre, cuestión que no hacía muy frecuentemente a diferencia de sus contemporáneos. Pero, en vez de retratar un paisaje en este cuadro Edgar Degas se detiene en un detalle del cielo. Su ojo se vuelve agudo como si de un lente de una cámara se tratara o de la vista de un pajo, y con soltura y determinación se detiene en un fragmento de cielo y en una nube, a las que logra elevar con su elección.  

 Estudio sobre cielo fue realizado con la técnica del pastel y se encuentra enmarcada en una serie en la que este artista analizó profundamente este aspecto. En la obra se observa un cielo muy azul, en el que se observan dispersas unas pocas nubes bien blancas y esponjosas. Algunas más grandes que otras. Todas ellas se encuentran rodeadas por una conjugación de colores dorados entremezclados con ocre, aportándole a la obra un misterio y una armonía perfecta. No queda claro si esos amarillos corresponden a un juego de luz y color que Degas quiere representar del cielo, o asemejan a alguien que estuviera analizando el cielo desde su ventana vieja y desalineada. 

Lo que sí queda claro es que, en esta magnífica obra, este pintor francés logra presentar una obra impresionista única y distinta. En los que el paisaje, la luz y el color son representados de una manera exquisita. Pero elevados, sin embargo, a un nivel de profundidad pocas veces visto anteriormente en otros impresionistas.  Estudio sobre cielo no es una de las obras mas famosas de Degas, ciertamente queda perdida entre tantas bailarinas y bambalinas. Pero ciertamente es una obra en la que vale la pena detenerse.