El Quitasol es una obra del pintor español Francisco de Goya que se encuentra hoy expuesta en la colección permanente del museo madrileño del Prado. Es un lienzo de un tamaño de 104 x 152 cm que inicialmente se encontraba decorando los interiores del Palacio Real de Madrid. Fue pintado en el año 1777. Fue en el año 1870 que pasó a sus manos definitivas, el Museo del Prado. 

El quitasol fue realizado, ni más ni menos, que en cartón. Su desino era ser colgado encima de una de las puertas principales del comedor de los Príncipes de Asturias en el Pardo. Esta obra permite seguir la evolución de fórmulas artísticas desde una representación que sigue cánones más rígidos, más ortodoxa y cortesana típicamente utilizada en la decoración de los palacios, a una expresión mucho más individualista. Goya va logrando pasar así de la delicada y acartonada anécdota a la frescura de lo espontáneo y algo irónico.

En esta obra se puede observar a un joven y a una doncella. En el centro de la escena, pequeño, oscuro y enrollado un pequeño perro, que de seguro ha de ser su mascota. Ella se ubica por delante, vestida finamente con un chaleco y una falda de seda en distintos colores. Una gran flor a modo de pañuelo de gasa cae sobre su pecho. Un peinado que finaliza en rodete y un abanico cerrado en su mano derecha. Ella mira de frente, mientras por detrás un joven, el “Quitasol” relajadamente sostiene un paraguas que la envuelve, y la protege de las intensidades del calor y la luz de un día típicamente de verano. Detrás, por lo lejos, un paisaje de árboles y follaje cubre el fondo de tenues verdes. En esta obra el artista logra una representativa escena de un momento típicamente cotidiano de la época, fielmente representado, aunque el nivel de detalle no se expresa en un 100 %. Como siempre Goya logra expresar a través de la luz y el color la emoción central de la escena. 

Francisco de Goya, uno de los mas importantes artistas españoles, vivió entre los años 1746 y 1828.