Quién podría pensar en un paraíso de gatos, en una mujer haciendo papilla de estrellas para dársela de comer a la luna, o en una lechuza antropomórfica sentada tranquilamente en su escritorio fabricando aves, como si lo sutil fuera suficiente y lo más intrigante, surrealista y fantástico pasara casi que desapercibido.

Remedios Varo fue la autora de gran cantidad de pinturas que hoy conforman parte del acervo artístico-cultural de España y sobre todo de México. Esta pintora nació en Madrid en el año 1908 pero tanto en España como en su segunda ciudad, Paris, debió ser exiliada. Empujada por el fascismo en ambas ocasiones, encontró en México su hogar, su centro de referencia e inspiración. Y aunque su muerte haya sido temprana, murió a los 55 años, le permitió dejar una vasta obra de cuadros, poemas y personajes únicos.

Un poco de surrealista, un poco de metafísica, de ocultista y muralista en dicha artista, difícil e innecesario era ubicarla en alguna categoría. Lo cierto es que sus personajes tenían más de sutilezas narrativas y fantásticas que otra cosa y su creatividad fue tal que, aparte de su gran apreciación artística, que impregnaron en el ojo y memoria del espectador.

Por tal motivo, cuando se rememora su obra, algunos de sus cuadros vienen a la mente. “El paraíso de los gatos”, “Simpatía” también conocido como gato rabioso, “Papilla estela” y “Creación de las aves”.

En “El paraíso de los gatos” (1955) se observan varios felinos de diversos colores paseándose por un gran jardín y un castillo, con su mirada atrapante y su postura enigmática estos animales son toda le escena, con un nivel de detalle exhaustivo se trata de una obra que le llevó meses a Varo. Otra obra en relación a los felinos es “El gato helecho” inspirado en el sueño de una amiga personal.  “Papilla estelar” (1958) es sin duda una de sus obras más fantásticas, surrealistas y oníricas. En el centro de la escena una mujer dentro de una especie de cabina, que chupa las estrellas para triturarlas y convertirlas en una papilla que tranquilamente da a la luna, como si fuera un bebe. “Creación de las aves” (1957), por otro lado, una escena algo distinta pero con su mismo sello personal, en el que una lechuza antropomórfica, se sumerge en la oscuridad y tranquilidad de su habitación, de su escritorio, en donde pinta aves en un papel de donde se desprenden y cobran vida.

Un mundo rico y creativo el de remedios Varo, personajes únicos y una sutil línea que divide fantasía y realidad, casi como si lo mas imposible fuera cosa de todos los días.