El Estanque de Ninfeas, es una de las pinturas más famosas del pintor impresionista Claude Monet. Se trata de óleo sobre lienzo que fue pintado en el año 1889. Esta pintura, así como las restantes de la serie a la que pertenece, fueron inspiradas en uno de los jardines del Monet ubicado en Giverny, Francia.

Para Monet, y como férreo pintor y defensor impresionista que era, el plasmar y estudiar metódicamente los cambios y diferentes estados de la luz natural sobre sus objetos y paisajes a retratar era fundamental. Luego de un importante tiempo de análisis y observación de estos cambios Monet iba plasmando esta variación gracias al uso del color y de pinceladas cortas y agiles que permitían captar el esplendor de su entorno natural. Muchas veces utilizaba también la espátula. Sus pinceladas eran tan breves que rozaban el puntillismo y no buscaban aparentar ningún canon sino ser fiel al entorno. Así fue como Monet se convirtió en referente impresionista y este cuadro es uno de sus grandes ejemplos.

Su nombre deriva de las plantas que Monet hacia traer desde Asia y América del sur y que se encuentran en todo el cuadro.  Ese estanque, ese puente arqueado y todo ese entorno verde arman una armonía perfecta, y en esa escena de naturaleza el ojo del espectador queda embelesado Los ninfeas son plantas típicamente acuáticas que se encuentran en lagos y lagunas, de reproducción rápida y que pueden cubrir grandes extensiones como lo hacen en este cuadro. Plagado de estas pinceladas agiles y tonalidades verdes, el artista logro transmitir un ambiente fresco, natural y pacífico. Casi la calma de una mañana perfecta de verano. Aunque el objetivo de Monet fue retratar en una misma escena la posibilidad de que fuera en diferentes momentos del día. Monet tuvo en Giverny dos jardines que fueron armados por el mismo:  el jardín de flores y el jardín acuático. Su pasión por el arte y los jardines y la naturaleza casi que quedaban equiparados, y este cuadro es un fiel reflejo de estas pasiones.

Monet podía pasar horas en su jardín, trabajando sobre él, pensándolo y pintándolo. Lejos de los típicos cánones su obra hoy es valorada en todo el mundo por el poder de su estética, por el uso del color y por sus paisajes increíbles. Esta pintura en particular tuvo diversidad de versiones realizadas por él mismo que hoy habitan diferentes museos. Una obra sencilla, pero de una profundidad única que plasma las motivaciones más auténticas de su autor.