Maria Leonora Carrington fue una gran artista, pintora, escultora y novelista considerada como la última sobreviviente del surrealismo. Nacida un 6 de abril de 1917 en Inglaterra, esta mente brillante y revolucionaria nació en el seno de una familia muy acaudalada inglesa. Su hogar fue ni más ni menos que un enorme castillo neogótico rodeado de los más variados y extensos jardines y bosques. Dueña de una mente creativa y sagaz, su infancia fue fruto de la fantasía que alimentaba este castillo, los jardines, las leyendas y mitos celtas y los que en su mente cultivaban los cuentos de Louis Carroll y las ilustraciones de Beatrix Potter. Imposible no tener en cuenta esto a la hora de analizar su obra.

Poco pudo adaptarse con su espíritu esotérico y místico a las instituciones tradicionales. Expulsada de su primer colegio de mujeres, siempre le fue difícil adaptarse a los cánones, los de su propia familia, de su colegio y los de la escuela de arte de mujeres a donde la envió su madre. Ni siquiera a los cánones de los propios surrealistas que le abrieron las puertas en sus primeros años en París. Ya a sus 20 y en pareja con el 26 años mayor pintor alemán Marx Ernst, esta artista declaraba: “No tuve tiempo de ser la musa de nadie, estaba muy ocupada revelándose de mi familia y siendo una artista”. Con estas palabras se refería a su apartamiento de los surrealistas, como Dalí y Miró, quienes fueron su gran escuela, pero para ellos las mujeres simplemente no eran más que musas y nunca colegas. 

Luego de la II guerra y luego de diferentes situaciones traumáticas que la dejaron mentalmente perturbada por un tiempo, fue exiliada por un tiempo y terminó viviendo en México país que terminó adoptando como su hogar. Amante de la cultura Maya, dedicó meses al estudio de las culturas indígenas, lo que la llevó también a convertirse en una gran escultora y muralista mexicana.

Cabe destacar increíbles obras, en donde Leonora Carrington conjuga su creatividad, su eclecticismo, el uso de mitología, animales y mujeres. Hay mucho de surrealismo en ellas, choque de planos y perspectivas particulares. Seres mitológicos, indígenas, figuras animales y humanas, aunque mayormente femeninas, tema central en su vida, la reivindicación de género. Un sutil y profundo uso del color, muchas veces cono colores ocres, otras veces colores pastel y otros tantos colores más saturados. Su arte y sus ideas, pero sobre todo su estilo librepensador dejó un legado muy importante. Cabe destacar obras como: “La tentación de San Antonio”, “El mundo mágico de los mayas”, “El arca de Noé” y “El baño de los pájaros” y entre sus esculturas su más conocida: “El cocodrilo” presente en el museo de la Reforma. 

Murió en el 2011 en México, siendo considerada la última surrealista y una mujer, artista y pensadora de vanguardia.