Se dice que el movimiento cubista, que atravesó a varias áreas del arte, fue la última gran ruptura del arte clásico renacentista. El cubismo llegó para romper con algo básico y fundamental del arte concebido hasta ese momento: la noción de perspectiva. La imagen, ahora descompuesta en varias formas geométricas o pequeños cubos, dejaba entrever una Gestalt que, en el mejor de los casos, llevaba a la comprensión total del sujeto o del objeto, pero dejaba la noción de diferentes planos en perspectiva y armonía en el olvido. Fue la gran ruptura del siglo XX que más difirió con el arte que se concebía hasta ese entonces.

¿Cómo se gesta la historia de este movimiento? Se inició formalmente a partir del cuadro de “Las señoritas de Aviñón” de Pablo Picasso, en el año 1907. Su mayor apogeo fue entre el año de su nacimiento y 1924 y fue el puntapié inicial para el resto de los movimientos de vanguardia que se desarrollaran posteriormente en el siglo XX. La terminología “cubismo” fue acuñada por Louis Vauxcelles. Este renombrado y conocido crítico de arte del momento, describió a una de las obras como “conformada por pequeños cubos” y de allí se desprendió “cubismo”. Su principal antecedente fue Cézanne, quien hizo los primeros esfuerzos por reducir el arte a sus formas más puras y netas.

Más allá de que esta última característica es la que más llamó la atención y la que distinguió este movimiento tan particular de otros, existen otras que hacen a sus características centrales. Por ejemplo, el uso del color. En las pinturas cubistas sucede un cambio muy notorio del color en el cual la paleta de colores se vuelve mucho menos intensa, mucho menos vívida. Al principio la mayoría de las obras eran monocromáticas, para luego ir adquiriendo otras gamas siempre limitadas como los grises, los verdes, marrones, azul claro, etc… Otra gran característica e innovación fue el “texto descriptivo”. Las imágenes cubistas se fueron complejizando y resultando menos claras hasta conformar una especie de amalgama de varias imágenes en un mismo plano. Por tal motivo, se empezó a volver fundamental que cada obra viniera con un texto explicativo.

Entre sus máximos representantes podemos citar lógicamente a Pablo Picasso, de cuyas obras emblemáticas se encuentran el “Guernica” y “ La mujer que llora” (ambos de 1937), a Georges Braque con “Botella y peces” (1908) y “Vaso sobre mesa” (1909) y a Juan Gris con “Arlequín con guitarra” (1917) y “Retrato de Picasso” (1912) entre otros.

El cubismo fue una etapa, en la pintura y en otras artes. Y así como llegó intempestivamente se desvaneció de la misma manera. Pero, dejó tras de sí la posibilidad de expresar lo artístico en formas radicalmente distintas de las usuales.