La historia del Cristo Redentor es una historia sencilla y linda a la vez. El Cristo Redentor nuclea los valores humanos, religiosos y se ancla en un país y una cultura profundamente creyente. Esta colosal representación del cristianismo y de lo que es Brasil se ha convertido en parte del paisaje de la ciudad de Río de Janeiro, pero sin duda una belleza natural y un ícono inconfundible de este país también gigante. Es por eso por lo que su historia, su proceso de construcción y su estética no pueden pasar desapercibidos en ningún apartado de arte.

En la cima del cerro corcovado se erige esta escultura. El cerro corcovado se encuentra en Río de Janeiro. Esta obra de arte está enclavada a 700 metros sobre el nivel del mar, en lo que se conoce precisamente como la reserva de Tijuca. En cuanto a sus características físicas puede decirse que se trata de una obra de un tamaño de 38 metros totales entre la figura del cristo y el pedestal sobre el cual se apoya. Por su estilo es clasificada como una escultura de art decó, con ciertos detalles típicos de este movimiento, pero sin resultar excesiva en su caracterización. 

El Cristo Redentor se encuentra vestido con un manto y los brazos abiertos hacia los costados, como firmando una cruz y queriendo mostrar la ciudad de Río a la cual corona. Esta realizado en hormigón y por su material y sus dimensiones puede decirse que pesa toneladas. A su alrededor cuenta con un complejo sistema de iluminación.

En cuanto a su historia fue en el año 1921, en el marco de la independencia brasilera es que decidió efectuarse dicha obra. Cabe mencionar que el lugar fue elegido por que el cerro corcovado ya tenía gran importancia y resultaba un gran atractivo en la zona por lo que llegaba el ferrocarril. Paul Landowski, reconocido escultor francés de la época fue responsable por la obra, y dentro de su equipo incorporó a Gheorghe Leonida como el escultor responsable por el rostro. La obra llevó cinco años, fue compleja por la altura, el entorno geográfico tan irregular y los fuertes vientos. Pero su labor fue titánica, precisa y perfecta desde lo escultórico y sobre todo segura. 

Por tal motivo el cristo redentor hoy es considerado una de las nuevas maravillas del mundo. Es una escultura acabada y fina, que remarca lo mas profundo de la cultura brasilera y de la humanidad.