El arte atravesó y atraviesa nuestras vidas y es una condición típicamente humana. Desde los primeros dibujos paleolíticos en cuevas hasta la mismísima actualidad, donde miremos hay arte. Es que el arte es mucho mas que un lienzo, un papel o una piedra tallada. Si bien estos dispositivos son los receptores de sus más lindas, reconocidas y elaboradas expresiones, el arte se encuentra en infinidad de otros formatos. En el cine, en la fotografía, en la escritura, en la música, el arte está en muchos aspectos de nuestras vidas. Estos ejemplos son los más evidentes, pero hay otros que no lo son tanto. 

Sin embargo, cuando reparamos en ellos no dudamos en su belleza y complejidad. Este es el caso de los mosaicos, los vitraux, los bordados y estampas en nuestras ropas, el diseño, el diseño de objetos, la porcelana, la orfebrería, la escenografía. ¿Todo eso es arte? Si, y envuelve nuestras vidas enriqueciéndolas de sutiles detalles.

En caso de los vitraux, se trata de técnica muy antigua, por medio de la cual el vidrio es fabricado y teñido con óxidos metálicos en su primer proceso de elaboración. El colorear vidrio es una técnica compleja que exige ser conocedor de los diferentes compuestos para obtener las tonalidades deseadas. Este vidrio después se va ensamblando para realizar un dibujo especifico, para luego ser esmaltado y unido por varillas. Diversis Artibus de Teófilo (1110-40), el monje benedictino, describe en un manual los pasos para elaborar vitrales: corte de un patrón, pintura y posterior cocción en horno.

Su origen se remonta al antiguo Egipto, ya en el año 3000 a.C. los egipcios producían todo tipo de objetos de vidrio para la región. Y en el siglo V fueron los romanos quienes vieron que las diferentes combinaciones de óxidos daban lugar a la coloración del vidrio, creándose así sin querer el vidrio de color.

Los vitrales tuvieron su momento de esplendor con el periodo gótico, colmando muchos aspectos de la arquitectura. Principalmente representaban temas de índole religioso, también asuntos religiosos. Los vitrales se dividían en diferentes compartimentos, cada uno de un color y dividido por “perfiles” que iban dando forma a las figuras. 

Los vitrales son una pieza importante de muchísimas catedrales del mundo, le aportan color, relato y luz a sus techas y paredes. Existen vitrales reconocidos en el mundo, entre ellos están los vitrales de la catedral de Chartres, los de la Catedral de París y la de Estrasburgo. Todos ellos representativos del siglo XIII. En España, por ejemplo, se destacan los vitrales de la Catedral de León, la de Barcelona y la de Toledo.