Salvador Dalí, el célebre pintor, escultor, dibujante, escenógrafo y escritor español que deslumbró a la humanidad del siglo XX y de los años venideros, por su particular originalidad, florida personalidad y excentricidad. Fue uno de los representantes más importantes del surrealismo, movimiento a partir del cual plasmó gran parte de sus obras, creatividad, singularidad y suspicacia. Sus pinturas, cargadas de estética y simbolismo brindaron al arte de su época un giro particular, puesto que una de las más grandes riquezas de Dalí fue su gran capacidad para amalgamar diferentes técnicas.

Nacido en 1904 en Figueras, España, Dalí fue el segundo hijo de tres hermanos. Pero su vida comenzó con un desenlace trágico. Su hermano mayor, con su mismo nombre, murió nueve meses previos a su nacimiento, hecho que marcó la personalidad de este pintor drásticamente. Desde su autopercepción, y con la confirmación de sus padres en palabras textuales, Dalí se consideraba una reencarnación de su hermano muerto. Este hecho, y la muerte de su madre a temprana edad, a sus dieciséis años, explicarían, parcialmente, su personalidad compleja, complicada y narcisista. 

Su camino en el arte comenzó paulatinamente con unos primeros dibujos que Dalí fue dando a conocer en sus clases de arte y en su lugar natal. De a poco su técnica su fue perfeccionando y el gran artista pudo ir desplegando todo su potencial y ser visto por primera vez. En sus comienzos, tuvo el abal de su padre, quien lo incentivó a perfeccionarse y a dar a conocer su obra. Esa relación, con el tiempo, se fue erosionando para romperse finalmente por los desafíos y la provocación de Dalí en general.

La obra de Dalí es ecléctica y compleja, aparte de su gran capacidad de estética y de detalle, tal como era él. Fue el gran referente del Surrealismo, a pesar de que, inevitablemente, él se viera separado del grupo de “Surrealistas” de París debido a marcadas diferencias y a su personalidad excéntrica y avasallante. Cómo el dijera al irse, “el surrealismo soy yo” y así lo demostró. Dalí se sintió dueño y parte de muchos estilos y esto se plasmó en el eclecticismo de su obra: pasando por el método paranoico onírico, el surrealismo, hasta llegar a los juegos visuales y el pop art. De la pintura, a la escritura, a la escultura y al cine, fue incursionando en diferentes áreas siempre dejando la marca Dalí. En su obra intercalaba las técnicas más clásicas con lo más contemporáneo a su época.

Su gran pareja y musa inspiradora fue la famosa Gala, a quien conoció en el año 1929, con quien luego se casó y con quien viviría hasta lo último de sus días. Entre sus obras famosas están: “Muchacha en la ventana” (1925), “El gran masturbador” (1929), “Los relojes blandos,” “La tentación de San Antonio” (1941), “Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar” (1944); “Un chien andalou” (película junto a Luis Buñuel); artefactos surrealistas como el teléfono-langosta y el sofá de los labios de Mae West (1936 y 1937)  y su emblemática casa Dalí, pequeña cabaña de un pescador en Portlligat que refaccionó a orillas del mar junto a Gala. 

 Los cuadros, a las películas, los artefactos e incluso la publicidad, son todos muestras del enorme legado que dejó alguien por demás creativo y  que desde el principio necesitó ser visto.