Camille Pissarro fue considerado uno de los grandes maestros y fundadores del movimiento impresionista. Nacido en el año 1830 fue mentor de grandes figuras del arte como de Paul Gauguin, Marie Cassatt y Paul Cézanne entre otros, supo sembrar las raíces de este movimiento y los cánones de este. Su tema predilecto fue la vida de campo y su campesinado. Por su lugar de procedencia la vida campestre francesa fue su mayor objeto de atención, es por eso que la escena que aquí se retrata es muy típica de él.

“La Charla” de Camille Pissarro es un óleo sobre lienzo de uno 89 cm x 165 cm y se ubica hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York. En esta obra de corte 100 % impresionista, se puede observar a dos personas, una mujer y un varón. Ambos parecen ser trabajadores del siglo de XIX de un campo. Se observa el paisaje por detrás, fuertemente iluminado, en el que se despliegan los árboles, los matorrales y por sobre todo la siembra. Algunas sombras, bajo los árboles desperdigados, nos hacen pensar que es pleno mediodía. Algo que sólo los impresionistas pueden lograr tan acabadamente, la noción de tiempo a través del manejo de la luz natural, las luces y las sombras.

En el frente, en primer plano, la mujer, apoyada en el suelo sobre sus rodillas. Mira de perfil al hombre. Viste ropa de trabajo, una amplia camisa, un faldón holgado y un pañuelo a la cabeza. En su mano, sobre el cual apoya su tronco de manera tenaz, un palo o bastón.

Por debajo de ella, en actitud claramente pensativa y, quizás, algo abatida y preocupada, se encuentra el hombre de la escena. Ella lo mira, pero él no., mira a la nada. Mira al horizonte, con su mentón sobre su mano. Él también viste ropa de trabajo de campo, la clásica camisa celeste y un pantalón a tono con el faldón de ella. Qué pensará él, que le dirá ella… Solo el autor de esta magnífica obra impresionista puede saberlo, al espectador le toca suponerlo. Las líneas entrecortadas y entremezclados, van dando forma a las figuras, los detalles, el paisaje y la luz. De trazos marcados, como se si se tratar de una fotografía antigua, de grano grande producto de la exposición más lenta. Así pintaba Camille Pissarro, horas de trabajo en el exterior, captando la luz.