Un tema cultural y político que preocupaba a Frida Kahlo

 

Frida Kahlo fue una mujer sensible que supo plasmar a través de su arte lo más profundo de su vida, su alma y su mente. Su biografía está plasmada en cada una de sus obras, su historia, sus amores, desamores, traumas y momentos felices. Pero también Frida Kahlo fue una gran amante de su país, México. País que la vio nacer y la albergó, salvo algunos años en los que estuvo en el exterior, durante toda su vida. De México Frida logra captar y expresar lo más arraigado de sus tradiciones, historia, colores y costumbres. Pero también Frida Kahlo como Diego Rivera, Siqueiros, Orozco Gomez entre otros, fue una gran defensora socialista. Preocupada por las poblaciones que se encontraban en situación de marginalidad, vulnerabilidad, pobreza o exilio. En Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos Frida Kahlo retrata un tema cultural y político que la preocupaba enormemente.

La obra Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos

Frida Kahlo realizó esta obra justamente en los años en los que no vivió en México. Para los años 30 la situación política en México era crítica y amenazante lo cual la obligó a exiliarse en Estados Unidos junto con quien era su marido Diego Rivera. Vivió en diferentes ciudades de dicho país y en el año 1932 realizó Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos

Frida Kahlo se autorretrata en este óleo, que resulta ser una condensación de su estilo y múltiples simbolismos que se despliegan a lo largo del cuadro. Frida no quería estar en Estados Unidos y no se sentía cómoda ni con su cultura ni con sus valores. Justamente detenerse en los símbolos de esta obra para entender su sentir al respecto vale la pena,

Esta obra se encuentra escindida en dos. Por un lado, México y por el otro los Estados Unidos. Los dos países de Frida Kahlo. El de nacimiento y con el que culturalmente se sentía profundamente unida y los Estados Unidos. Aquella nación en la que no estaba contenta, pero en la que debía vivir por no tener otra opción. El desagrado de Frida por los Estados Unidos era notorio y en esta obra lo representa.

Ella con un vestido elegante, de color rosa se posa entre estas dos realidades disímiles. Su gran peinado, sus guantes, su bandera mexicana en una mano, y el cigarrillo en la otra. Por un lado, México al natural, con sus plantas, animales, agua y naturaleza. Se observan las raíces bien marcadas y profundas acentuando el arraigo a la tierra. Una escultura y una pirámide. El sol y la luna en lo alto protegen México y batallan una lucha contra el humo de las fábricas que proviene desde los Estados Unidos. Un panorama gris, de industrialización, máquinas y contaminación. 

Una obra que retrata la dicotomía en la que se encontraba la artista hasta que logró regresar al año a su México querido.