El exotismo y lo decorativo en la obra de Vallotton

 

Tanto en Atardecer como en la obra de Vallotton se observa una clara influencia de Gauguin. Vallotton fue uno de sus más fieles seguidores y esto se puede observar en muchas de sus tantas obras. Se observa, por ejemplo, en los colores que usaba tan puros y estridentes. Colores que contrastan entre sí y que a la vez lograban armonizar en la totalidad perfectamente. Colores planos y plenos pero que poseían sombras que nada tenían que ver con los grises. Sino más bien que seguían sumando color, verdes, celestes, rojizos, etc.. Amante de la naturaleza y de lo exótico, influencia de Gauguin sin dudas. Es por tal motivo que Vallotton se vuelca nuevamente hacia un paisaje. Estos paisajes no escatimaban detalles, pero si perspectiva. Eran más bien aplanados, dándoles así un tinte muy estético, llamativo y decorativo. 

En esta obra, Atardecer se observa a un bello y calmo paisaje, que según se supo después representa los veranos que Vallotton pasaba a orillas del Sena. Describe un bello y calmo atardecer, tanto del Sena como de sus varias desembocaduras. Un sol que se va poniendo sobre las aguas verdosas y se repite entrecortadamente en los diversos espejos de agua. Una colina de color azulado entrecorta el paisaje y vegetación de hierbas y arboles enmarcan la escena en un primer plano, pero sumidos en la oscuridad del contraluz. El ojo del espectador se dirige inevitablemente al cielo y al sol poniente y remite a una escena japonesa, sin lugar a duda. El cielo a su vez parece una bandera, con dos franjas naranjas bien marcadas arriba y abajo, una violácea en el medio sobre la cual se ubica el sol muy claro y redondo. Las corrientes de agua se acentúan con un color muy distinto al del agua.

Esta obra pertenece hoy a una colección privada ya que fue adquirida hace unos años por una suma superior a los dos millones de euros.

Felix Vallotton nació en el año 1865 en Suiza y supo hacerse un respetado camino en el mundo del arte. Disruptivo en cierto sentido, el impresionismo no le quedó del todo cómodo y si bien era un estilo con el que se identificaba y sentía cómodo quiso ir un paso más allá. Por tal motivo tuvo un gran interés por la obra de Gauguin sobre la cual se inspiró ampliamente. Su estilo fue más bien de un impresionismo moderno y de líneas más sintéticas y puras. Entre el impresionismo y los comienzos del modernismo versó su obra de las cuales se conocen obras como Paisaje de Locquirec, Mujer durmiendo y El descanso de las modelos.