Antonio Berni fue uno de los más grandes representantes de nuestra pintura y de la cultura argentina. Fue uno de los más reconocidos exponentes de los movimientos vanguardistas que se sucedieron entre los años 20 y 40 en la Argentina. Como dijera una vez un gran amigo suyo, el reconocido escritor y pensador Ernesto Sábato, Berni supo, como pocos, captar lo más profundo de la desolación de la pobreza y la miseria en muchos de sus personajes. Desde su personaje el niño Juanito Laguna, su entrañable figura de los barrios periféricos bonaerenses, de la villa miseria de buenos aires, hasta sus famosos hacheros y su vida de sacrificio y abnegación.

Su técnica fue muy distintiva de él. Desde joven se formó en el exterior, perfeccionándose en dibujo y también en pintura. Sus oleos fueron unos de sus grandes tesoros, si bien es sabido que su gran aporte vino de la mano de lo que se conoce con la técnica del collage. Con esta técnica es con la que nació su famoso personaje Juanito Laguna. En las escenas en las que este niño de ojos grandes y tes morena es retratado, muchos elementos son utilizados o, mejor dicho, reutilizados en este collage. Elementos variados, recolectados por el artista: tela, cartón, vidrio, papel, etc….La técnica vino a acompañar y dar fuerza al mensaje de la vida en la villa miseria, del niño que ha de revolver entre la basura para subsistir. 

Por otro lado, es importante dar en esta ocasión lugar a la serie de “Santiago del Estero” en donde este artista utiliza predominantemente el óleo sobre tela o cartón. Sin lugar a duda, esta seria es una de las más reconocidas de este artista y, al igual que sucede con Juanito Laguna, se trata de escenas que buscan concientizar y movilizar el corazón del espectador. En esta serie de dibujos y oleos sobre tela, el artista logra dar vida y representar a pobladores de Santiago del Estero. Hombres y mujeres en pleno labor en su entorno cotidiano de la selva santiagueña. Trabajadores con sus herramientas, sus sombreros y su típica vestimenta del lugar. Obras como “La mujer del páramo”, los “Hacheros” propiamente dicho son grandes clásicos de esta magnífica serie.

Hoy gran parte de su legado se encuentra fielmente preservado en el museo que abrió sus puertas en el año 1938 y que lleva su nombre. Este centro artístico alberga principalmente su obra, sus dibujos, pinturas y murales y también la de otros grandes artistas argentinos.