Este inmenso palacio se encuentra hoy situado en la ciudad de Estambul Turquía. Este palacio es un reciente caracterizado por la opulencia en su arquitectura, jardines y tesoros que en el se encuentran. El arte esta presente en sus paredes, adornos y jardines y constituye un legado histórico y cultural digno de conocer.

El palacio de Topkapi fue construido en el año 1460 por orden del sultán Mehmed II, quien había conquistado Estambul. Y desde allí, los Otomanos gobernaron su imperio, que abarcaba una amplia extensión de territorio: Europa Oriental, Oriente Medio y África del Norte. Lujosas salas de mármol y frondosos jardines fueron el centro desde donde los sultanes del imperio, veinticuatro en total, vivieron y gobernaron por más de cuatro siglos.

Entre la familia imperial, cortesanos y empleados se cree que más de 4000 personas vivían en este palacio. No se trata de un palacio único, sino de una serie de edificios, pabellones y patios que se van conjugando sinuosa e intercaladamente con los jardines. Se ingresaba al mismo por una puerta que se llamaba “La puerta de la felicidad”, a la que debía ingresarse caminando, sólo el sultán podía hacerlo a caballo. Fuentes de mármol y esculturas adornaban el palacio. Ornamentos de oro, cofres y piedras preciosas se encontraban por doquier, la riqueza y poder del sultán era infinita, esto se reflejaba en su dominio político, pero también en la opulencia con la que vivían y en el arte. Su trono, por ejemplo, en el que recibía a distinguidos funcionarios, era de oro y llevaba incrustado más de 900 piedras preciosas. En este palacio, hasta la habitación más pequeña e insignificante para ellos, era decorada por pinturas de flores y frutas.

Los cuatro patios principales del palacio estaban rodeados de salas privadas donde vivía la familia del sultán, departamentos de los cortesanos y oficinas. Los jardines conjugan esta arquitectura, frondosos y vastos, se caracterizaban por su riqueza de flores. Los tulipanes abundaban por todos loados, flores que se consideraban en ese entonces caras y exóticas.

Finalmente, en el año 1923 el imperio Otomano cayó. Este palacio fue renombrado Museo Palacio Topkapi, y hoy es un centro de cultural único. Su valor histórico y artístico es inmenso y la visita a sus patios, salas y jardines es casi obligatorio si se visita la ciudad: sus cuatro patios principales, la puerta de la felicidad, el balcón de Ibrahim I, la sala de las circuncisiones, la biblioteca de Ahmet III, la sala del tesoro y cantidad y cantidad de lugares muy especiales que conforman este palacio.