San Francisco de Asís fue un santo que tuvo una gran importancia para la vida del catolicismo. Nacido en el año 1182, en Italia, este santo supo marcar con su historia y su legado la vida de los católicos. Siendo un referente de la paz, la sencillez, la pobreza y el amor y respeto por la naturaleza, especialmente los animales. 

Su imagen y su ejemplo impregnaron fuertemente en nuestra historia y en nuestra cultura. Supo crear en su paso tres órdenes distintas. Por ende, su legado y sus enseñanzas supieron expandirse fuertemente. El arte no fue ajeno a su paso y a su vida, motivo por el cual hay varias artistas, y varios devotos suyos, que supieron inmortalizarlo a través de su arte. 

Una pintura muy conocida en cuanto a la variedad de representaciones que ha tenido este santo, es la realizada por Rubens en el año 1182: “San Francisco recibiendo los estigmas”. Uno de los mayores ejemplos que ha dejado San Francisco al catolicismo es su vida como testimonio y ejemplo, una vida que imitaba a la de Cristo en todo sentido. El momento en el que Jesús se le apareció a San Francisco y a él se le aparecieron los estigmas o las llagas, como las de Jesucristo, fue realmente trascendente en su vida. Rubens eligió representar ese momento, con el Santo en el medio, de rodillas, con actitud sencilla y alegre. En medio del bosque y rodeado de rayos este tiene una visión de Jesucristo y se le parecen las llagas o estigmas. Esta obra es de una fuerza única.

Otra de las pinturas más icónicas de San francisco de Asís, posterior a la de Rubens, es la realizada en 1595 por Caravaggio. En este oleo sobre tela de enormes proporciones retrata al miso San francisco de una manera sumamente realista, yaciendo desvanecido en el suelo y siendo sostenido por el ángel. Poca luz y muchas sombras, hacen que este se vuelva triste y lúgubre, aportando un impacto revelador al espectador. San Francisco en su faceta más difícil y sufriente pero aun con una sonrisa esbozada en su rostro. 

Por último, cabe destacar la obra de Francisco de Zurbarán cuando pinta a San Francisco de Asís en éxtasis. En esta obra, el sello inconfundible de este artista español se encuentra presente, la oscuridad y la profundidad nos muestran un San Francisco quizás algo distinto por las tonalidades, no obstante, el espíritu de esta obra es mostrar su sencilles y espíritu de devoción y contemplación que lo caracterizaban.

San francisco de Asís, un santo que no pasó desapercibido para la historia del catolicismo y del arte.