Puede decirse que Piet Mondrian fue un referente que pisó fuerte en el mundo del arte abstracto. Este artista nacido en lo países Bajos (1872- 1944) fue una pieza clave en al arte moderno, y como en todos, su obra fue evolucionando poco a poco hasta llegar a un concepto acabado de lo que finalmente quería transmitir y su sello personal.

Sus convicciones eran fuertes, quizás demasiado y sus creencias dieron origen también a la particularidad de su arte.

Sus obras se centran en lo espiritual, en lo profundo, pero a diferencia de muchos de sus antecesores, pensaba que para mostrar su mundo interior debía apartarse totalmente de la realidad, de la naturaleza. Todo lo que tuviera alguna relación con la naturaleza, algunos colores, las líneas curvas, etc.

Eran repudiadas por este artista ya que consideraba que espiritualidad y naturaleza eran contrapuestos. Piet Mondrian fue parte de un grupo vanguardista que se hacía llamar Stijl (el estilo). Defendían las líneas rectas, rechazaban la naturaleza, el color verde, las curvas y todo lo que pudiera tener que ver con ella al punto de parecer extremistas en sus ideas, estilo y método.

Sus cuadros muestran líneas rectas, verticales y horizontales. Su paleta incluía sólo colores primarios ya que pensaba que eran aquellos los colores elementales del universo y los restantes eran considerados impuros.

Y, aparte de los colores primarios, el blanco que era la suma de todos los colores y el negro que era considerado la ausencia de todos ellos. A partir de estos dos últimos, organizó, o al menos intentó, la estructura básica del cosmos.

Para él un cuadro, una obra, no debía ser asociada con ningún objeto real. Por eso muchos de los títulos de sus obras son descriptivos o casi enumerativos.

En su obra: “Composición con rojo, amarillo y azul” (1942) esto sucede. Se trata de un óleo sobre lienzo que se encuentra hoy en la Tate Gallery de Londres.

En esta obra, las líneas verticales y horizontales buscan representar los polos opuestos del universo: lo espiritual y lo material, lo positivo y lo negativo, el blanco y el negro. Todos estos conceptos confluyen u se oponen a la vez, y en este interjuego dan una sensación de orden, pero un orden premeditado y finamente calculado por el autor.

Un autor de vanguardia como pocos, interesante, particular, creativo y determinado. Su legado es claro y original y sigue vigente hasta hoy en día.