Rayuela, escrita en el año 1963, es la novela que consagró al escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) y por la que fue y es mundialmente conocido. Aparte de la formidable capacidad descriptiva de los lugares, los eventos y sus personajes, esta novela fue una revolución dentro de la literatura española ya que en ella Cortázar trasgredió de manera exquisita el orden natural y el lenguaje hasta el momento conocido y aceptado para contar una historia.

La riqueza literaria de Rayuela es tal que muchas de sus frases llevan al lector a leerla y releerla varias veces. Motivo por el cual la misma novela invita a querer leerla en sus “diferentes versiones” o maneras.

Es complejo describir el argumento de esta novela sin caer en reduccionismos, pero puede decirse que narra la historia de Horacio Oliveira, argentino promediando los 40 años y quien vivía en París. Bohemio, intelectual, culto, inteligente y distante. Oliveira mantenía una relación amorosa y asimétrica con Lucia, “La Maga” quien estaba enamorada de Oliveira y que se diferenciaba de él en su inocencia, espontaneidad y falta de cultura general. “El desorden en que vivíamos, es decir el orden en que un bidé se va convirtiendo por obra natural y paulatina en discoteca y archivo de correspondencia por contestar, me parecía una disciplina necesaria, aunque no quería decírselo a la Maga…” Ambos frecuentaban el Club de la Serpiente, donde diferentes personajes riquísimos en su psicología y conocimientos (eran músicos, escritores y otros intelectuales de la época) se reunían para tener larguísimas conversaciones filosóficas que preocupan al escritor y a su protagonista durante toda la novela.

Este argumento corresponde a la parte de “Del lado de allá” y que luego se intercala con la de “Del lado de acá” cuando Horacio vuelve a la Argentina, ya sin la Maga (quien tenga el placer de leer la novela descubrirá el por qué) y se reencuentra con un viejo amigo Traveler y su mujer, Talita.

Y al lado de allá y del acá se le suman todos los capítulos complementarios que el lector puede elegir ir sumando, al estilo de mosaico o rayuela para convertirse en, otra de sus revoluciones, un lector activo y cómplice. Cómplice y artífice de todos los absurdos y ridiculeces que acontecen a sus personajes, que en su suceder de eventos tragicómicos manifiestan todas sus manías y locuras, pero terminan fascinando al lector.

Esta novel es rica, es osada y pone en evidencia todos los dones literarios de Cortázar. En él hace referencia a innumerables artistas, escritores y músicos de la época, otro motivo por el cual es tan placentera su lectura. Y sus frases azarosas e incongruentes la convierten en una novela tan bohemia como su protagonista “Cuántas palabras, cuantas nomenclaturas para un mismo desconcierto. A veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro”.

Rayuela, titulada a partir del clásico juego infantil que describe la obsesión o ilusión del personaje de encontrar incansable y banalmente algo más perfecto y elevado, ese cielo, pero sin tener en claro qué es lo que busca.