Artemisia Loma Gentileschi fue considerada como la artista mujer más celebre de todo el el siglo XVIII, se caracterizó por retratar mujeres fuertes, sensuales con increíble uso de las luces y las sombras.

Nació en Roma en el año 1593 hija de un famoso Orazio Gentileschi, uno de los mas grandes precursores del pintor Caravaggio, quien le enseñó todo sobre la pintura y le dió sus primeras lecciones en su propio taller.

Cabe aclarar que mucha de la influencia de Caravaggio se observa luego en la obra de esta artista. Se casó, tuvo cinco hijos y aun entre embarazos, supo seguir pintando enérgicamente en la ciudad de Florencia donde estaba radicada.

Fue la primera mujer en ingresar a la Academia de arte de dibujo de Florencia en el 1616. Su apogeo fue en los años 30 donde desde Nápoles pintaba para las grandes cortes italianas, españolas e inglesas. Murió en 1694.

Su arte fue de una genialidad única. Una de las obras que tuvo mucha importancia en su producción fue, ni más ni menos: “María Magdalena” pintada en 1625 fue un óleo sobe tela, de gran tamaño.

Maria Magdalena fue una figura importantísima para el evangelio y en la vida misma de Jesucristo por su cercanía hasta su muerte. También varias veces representada en la historia del arte, pocas veces con la fuerza, vitalidad y sensualidad con lo que lo hace Artemisia Gentileschi en esta obra.

En realidad fueron cuatro cuadros que le dedicó Artemisia: la melancolía, la penitente, el éxtasis y el retrato, hoy distribuidos en diferentes museos del mundo. Es claro visualizar la conexión que Artemisia tuvo con Maria Magdalena, ambas mujeres fuertes y superadoras.

En esta representación de Maria Magdalena, “Melancolía”, la retrata triste, deprimida, como si hubiera estado llorando y sufriendo. Cansada pero estoica y con firmeza, segura de sí misma y de su propio cuerpo. Retrata la luz, las texturas y los pliegues con sutileza y dinamismo.

En este cuadro utiliza los azules y los verdes, colores ligados a la tristeza. Trazos finos, curvos, juegos de luz, una mujer que enseña su dolor y a la vez su aplomo y su fuerza, manifestando todas las vetas de la maternidad y en este caso de ser María Magdalena.

Mas allá de esta obra, Artemisia pintó muchas mujeres a lo largo de su vida, de sus 57 obras solo 8 retratan hombres. Las pintó seguras de sí mismas, poderosas y a la vez auténticas a diferencia de las costumbres de la época.