El Museo Fernández Blanco, está ubicado en la Ciudad de Buenos Aires y tiene dos sedes. Por un lado, lo que se conoce como el Palacio Noel, en la calle Suipacha 1422 del barrio de Retiro, y que alberga fundamentalmente piezas y obras de arte de la época colonial. Por otro lado, la Casa Fernández Blanco, en el barrio de Congreso, gran exponente del arte y diseño de los siglos XIX y XX. 

La historia de este museo se inicia en el año 1910, en la casa de Isaac Fernández Blanco y su familia. Se considera a este museo como el primer museo de índole privado de nuestro país. Luego de vivir varios años en su mansión, en el año 1921 Isaac Fernández Blanco decidió mudarse junto con su familia y destinar lo que era aquella mansión para que fuera un museo. Al año siguiente, en el año 1922, dona el museo a la Municipalidad de la Ciudad quien se hace cargo de él desde entonces hasta la actualidad. 

Palacio Noel por Sebastian Hidalgo Sola

Este museo, nació con un patrimonio esplendido gracias a la colección privada que Fernández Blanco había minuciosamente atesorado durante años y años. Objetos de todo tipo y de una belleza y un valor estético, cultural y patrimonial únicos. Afortunadamente, con el correr de los años, ese patrimonio inicial se fue enriqueciendo gracias a numerosas donaciones de familias pertenecientes a la aristocracia de buenos aires que elegían a este museo por su reciente prestigio y como un lugar donde destinar sus objetos familiares de valor y estima. Por su lado, Fernández Blanco continuó, hasta su muerte en 1928, comprando y donando objetos al museo, su generosidad no tenía fin. Por ende, la Casa Fernández Blanco albergan las colecciones más variadas de artes de los siglos XIX y XX: juguetes, muñecas, vestidos e indumentaria, platería criolla, muebles y también pinturas.

El Palacio Noel, por otro lado, alberga colecciones únicas del arte del Virreinato americano de los siglos XVI, XVII y XVIII. Este edificio, de estilo neocolonial hispanoamericano, fue diseñado y construido por Martín Noel quien fuera arquitecto.

Por tal razón, el lugar histórico y artístico que ocupa este museo es de un valor único. Fue el primero en la argentina, porque permitió atesorar y nuclear piezas culturales y artísticas dispersas y preservarlas como parte de nuestro patrimonio cultural argentino. Hoy también es un centro de promoción culturales, actividades artísticas, enseñanzas. Su labor es y ha sido infinita.