Edgard Degas, fue uno de los más grandes referentes del impresionismo, conocido por sus dibujos de bailarinas, caballos y retratos. Se lo conoce y valora como uno de los más grandes dibujantes de la historia, estudioso de la línea y el movimiento. Ha sabido captar escenas de la vida cotidiana de su época con una belleza única.

Nacido en París en el año 1834, este pintor y escultor francés ha sabido ser uno de los referentes más importantes del movimiento impresionista aun separándose y disintiendo con él en algunos aspectos técnicos. Su arte era realista, expresivo y buscaba retratar escenas interiores de la vida cotidiana buscando obtener su esencia más profunda. Sus comienzos como artista estuvieron ligados al retrato histórico: “Semíramis construyendo Babilonia” y “Jóvenes espartanos” (1860), tema en la que se desempeñaba con gran pericia pero que no fue valorado por los museos de la época. Con el paso de los años y ya instalado en su propio atelier en Paris, este pintor comenzó a volcarse al dibujo de bailarinas, caballos y retratos en general.

Fue aquí donde su verdadera diferenciación como artista se desplegó, pudiendo plasmar en sus obras las horas de trabajo y estudio que los movimientos del caballo y de las bailarinas le llevaban y lograba plasmar de una manera única en sus pinturas. “La clase de ballet” (1874) y “En las carreras” (1877–1880) son dos lindísimas obras ejemplo de esto.  La línea y el movimiento para él lo eran todo y pasaba horas estudiando y analizando una escena, y de un detalle que llamaba su atención, como por ejemplo una cabeza inclinada o una bailarina cansada, podía comenzar toda una obra. “La espera” (1882) es una de las pinturas más lindas de este artista. En este clásico cuadro de él retrata a una bailarina en sus largas horas de espera entre ensayo y ensayo. Un aspecto de los menos mostrados de las bailarinas de ballet pero tan propio de sus días. 

El uso del color que utilizaba era más bien pastel, usando colores tenues y frecuentemente el negro. Sus retratos de bailarinas y lavanderas eran realmente llamativos y complejos, de una capacidad técnica increíble, pudiendo expresar la psicología de sus personajes, su ambiente y su historia misma. No obstante, el reconocimiento que obtuvo Degas en vida fue poco, por lo cual, cansado de los rechazos de los museos tradicionales Degas conformó, junto con otros impresionistas como Manet, el “Grupo de los impresionistas”. Este grupo alternativo y de una fuerza única, se unió para lograr hacer conocido su arte, y entre los años 1874 y 1886 lograron realizar más de ocho muestras.

Pero Degas fue un ser solitario, tenaz y estudioso. Su vida entera estuvo dedicada a su trabajo, a pesar de sus problemas de vista. Murió en soledad en París en el año 1917 y su reconocimiento vino después de su muerte.

Hoy sus obras están expuestas en diversidad de museos europeos en donde se pueden apreciar sus dibujos y pinturas de esbeltas bailarinas de ballet en pleno movimiento, fuertes caballos y tenaces lavanderas. Pero también son dibujos que muestran cuerpos cansados, sentimientos encontrados y todo tipo de realidades intimas y naturales. Se trata de piezas únicas del arte universal. “El dibujo no trata de lo que ves, sino de lo que puedes hacer que otros vean” decía este pintor quien hizo honor a este lema.