Aparición de rostro y plato de frutas en una playa es una magnífica y particular obra del emblemático artista español Salvador Dalí. Fiel a su estilo esta magnífica obra aparece como una disrupción dentro del mismo surrealismo. Planteando una técnica de difuminación en la que varias figuras se pueden ver superpuestas, ambiguas y cambiantes entre sí. Bien al estilo de un juego de ilusión óptica, y entremezclado con el tema onírico, se acentúa la sensación de los sueños en donde los elementos se fusionan y cobran significado según como se los interprete y descomponga.

 

 

La obra

Preservada hoy en Wadsworth Atheneum este óleo sobre lienzo fue realizado por Salvador Dalí en el año 1938. Pleno periodo surrealista de Dalí, en esta obra se representa una escena de playa, con la arena y los acantilados de fondo. El estilo típicamente desértico y atemporal que caracteriza a sus paisajes enmarcan una figura ambigua que se va difuminando, y que, según como se la mire, parece un jarrón con frutas o un rostro de una mujer. Tal como el título de la obra dice, esta técnica hace que realmente parezca algo que “aparece” como si fueran algo del más allá, o de otro plano de la conciencia.

Tres imágenes se superponen e invitan a la ambigüedad y al juego visual. Por un lado, la cara de la mujer en el centro de la escena, cuyo pelo podrían ser las frutas. Por otro lado, el jarrón con frutas. Por último, un gran perro de caza que se erige grande en la escena y que, cuando se observa con detalle, se lo ve claramente. Aparición de rostro y plato de frutas en una playa no hace referencia alguna al perro, pero este está muy claro y presente. 

 

El surrealismo

Aparición de rostro y plato de frutas en una playa es una típica obra surrealista. Todo en su paisaje desértico parece atemporal y congelado. La suma de objetos, símbolos y personas parecen inconexas y bizarras, pero lentamente van tomando significado a medida que se las va armando e interpretando. 

Salvador Dalí fue un icono de la pintura española y universal. Artista único, excéntrico, creativo y osado, su impacto fue tal que venció los límites de lo pictórico para incluso llegar al cine, al teatro y otros ámbitos. Aparición de rostro y plato de frutas en una playa es una de sus obras surrealistas menos conocidas, pero de gran valor artístico.