Una obra única y cargada de simbolismo

“El entierro del Conde de Orgaz” es una de las obras más famosas de el Greco. Es una obra representativa del cristianismo y que centraliza uno de sus puntos centrales, la vida y la muerte. La vida celestial y su doloroso paso hacia ella es representada por el Greco en esta magnífica obra de arte. En el que se expresa el pasaje al cielo complejo de una personalidad profundamente devota y dedicada a los demás.

El Greco

El Greco en realidad se llamaba Doménikos Theotokópoulos. Nacido en Creta, Grecia, en el año 1541, fue uno de los pintores renacentistas más importantes y muy importantes en España, país donde vivió gran parte de su vida y donde murió (Toledo).

Su estilo se caracterizó por ser renacentista, aunque con el tiempo fue mutando hasta llegar a un estilo más manierista, con largas figuras, de piel blanca e iluminación particular, convirtiéndose en su sello personal.

La obra

Esta monumental obra de 4.30 cm por 3.60 cm fue pintada entre los años 1586 y 1588 por su autor. Se encuentra preservado donde originalmente se realizó, en la Iglesia de Santo Tomé la cual se encuentra ubicada en la bellísima e histórica ciudad de Toledo en España y que fue asentada sobre una mezquita del siglo XI. Y es justamente “El entierro del conde de Orgaz” uno de sus grandes tesoros artísticos y por lo cual es muy visitada.

Esta obra le fue encargada al Greco en el año 1586 y en ella se representa el milagro que sucede cuando San Agustín de Hipona junto con San Esteban descienden desde el plano celestial para enterrar ellos mismos a quien fuera el Conde de Orgaz llamado Gonzalo Ruiz de Toledo. Ruiz de Toledo fue conocido por llevar una vida santa, de gran sencillez, humildad y ayuda hacia el próximo, motivo por el cual estas dos figuras tan importantes del cristianismo representan este milagro con él.

En la obra se observa al Conde de Orgaz muerto. Se observa la división entre el cielo y la tierra. Un cielo pacifico, luminosos y Jesucristo que espera la llegada a la luz con gesto misericordioso. Por otro lado, el Greco y su hijo junto al conde, lo señalan. Un ángel lo lleva en forma de feto, como si fuera un segundo alumbramiento, también doloroso que conlleva el trance de la muerte a la nueva vida, al cielo y la luz y vida eterna. Esta obra, repleta de simbolismo religioso es una de las más grandes y profundas obras de el Greco.

“El entierro del Conde de Orgaz” es una obra única de este maravilloso pintor cretense. Un reflejo de su estilo único y de su profunda convicción y visión religiosa.