La mezquita de Djenné es uno de los tesoros de la humanidad más particulares que existen. Se trata de un templo de más de 5000 metros cuadrados que fue realizado en barro en el siglo XII. Se reconstruyó en 1893 luego de que se destruyera por una gran tormenta y la falta de cuidados de gran parte del templo original. A esta segunda versión de la Mezquita de Djenné se le agregaron las altas murallas y las torres que la caracterizan, pero todo lo otro se preserva igual. Esta mezquita asombra porque a pesar de su gran tamaño está hecha casi enteramente en barro. El barro ese el material típico de esa zona, una zona de delta entre los ríos Níger y el río Bani. De hecho, todo el centro histórico de Djenné, en Mali, África, está realizado en barro. Esto hizo que, por su historia, su belleza y particularidad artística fuera declarado patrimonio cultural de la humanidad. Justamente por tal motivo, la mezquita fue realizada sobre una alta plataforma, que le permite resistir a las crecidas del río Bani.

A la vez, unos troncos funcionan con un doble propósito: evitan las grietas y hacen las veces de sostén. A la vez, aportan aún mayor originalidad a este edificio. La mezquita de Mali representa una fusión entre el arte africano y la cultura musulmana.

Uno de los aspectos más interesantes de este templo es que, debido a su material, año a año, ha de ser mantenido y completo, puesto que, a pesar de ser muy fuerte, sufre las inclemencias del templo. Las familias de la zona, profundamente religiosas, creen que es fundamental participar en el armado año a año que se realiza a mano de las paredes de barro. Una gracia especial recae sobre aquellos que participan de esta labor, por lo cual es muy usual que se envíe a los hijos más jóvenes a participar de esta tarea. 

Un gran templo interior de oración se ubica en la mezquita, de altos techos, suelo arenosos y pequeñas ventanas por doquier que entre las torres permiten una fina entrada de luz. Los techos se completan con hojas troncos de palmera y en la gran torre central, se encuentra un habitáculo de donde proviene las palabras del Imam. Todos lo restante es un gran patio no cubierto pero protegido por torres y murallas, en el cual los creyentes rezan.

La mezquita de Djenné es un centro cultural religioso y artístico único, que nuclea los materiales y la estética de la zona y de la fusión cultural.