David Hockney es seguramente hoy de los pintores americanos más exitosos con vida. Recientemente se ha realizado una muestra suya en el Museum of Modern Art de Nueva York, donde este provocador artista expone más de cien obras realizadas a lo largo de su vida. Hockney, nacido en Bradford, Inglaterra, en el año 1937 se destacó por su vasta producción de pinturas, retratos y autorretratos. Pero su impronta, y el secreto de su éxito tuvo que ver más que todo con la apertura en general en la técnica, dispuesto a reinventarse siempre. Por lo cual, aparte de pintor, es escultor y se ha apoyado en todo tipo de técnicas desde las acuarelas, acrílicos, oleos, y la fotografía hasta llegar a las más modernas técnicas de producción visual. 

 Muchos lo enmarcan dentro del pop art, con sus colores brillantes característicos de color pleno. En muchas ocasiones su tinte es más bien de provocación, con trazos sueltos, pero de líneas nítidas y mucho de expresionismo.  Sus pinturas suelen ser de colores saturados, brillantes y luminosos, figuras nítidas, sencillas pero expresivas. Mucho hay de simbolismo psicológico en su arte. 

La National Portrait Gallery de la ciudad de Londres fue sede para una de sus más grandes exposiciones de este artista: Just Nature. En ella y en su recorrido, se puede conocer la obra de Hockney, su legado, historia e intereses principales. Una oda a uno de los artistas más influyentes de la época. Uno de los elementos distintivos de esta muestra que resultó ser muy exitosa y se volvió itinerante por varios museos del mundo, es la cantidad de autorretratos del artista. En primer lugar, la serie que él fue realizando a partir de los años 70, mientras estudiaba, de autorretratos que iba haciendo día a día con el objetivo de ir plasmando la sutilidad de cambios en su personalidad y humor y como estos se traducían en su imagen. También, diversidad de retratos realizados a amigos y famosos de todo el mundo.

Es cierto también que David Hockney tenía cierta fascinación por las piletas, motivo por el cual muchas escenas de su vida íntima eran retratadas ahí. Erróneamente se lo llamó el pintor de las piletas, reduciendo todo su aporte a este hecho. Lo más enriquecedor de este artista de hoy 85 años, aparte de su vocación y vitalidad, es la capacidad de reinvención para acompañar los cambios en el arte, los aportes tecnológicos de cada época y aun así mantener intacto su estilo personal.